Aquí está mejorando todo el mundo menos nosotros, y cuando digo nos otros me refiero a los curritos de a pie, currelantes con o sin trabajo, gente de bien en su mayor parte y de mal vivir el resto, aunque lo de mal vivir ya tiene doble y hasta triple sentido.
Las agencias de calificación que el año pasado nos consideraban basurilla pura y dura y decían a los mercados que no soltaran un euros en España, ahora van dando la vuelta a la tortilla y dicen que somos un país “estable”, mientras que los bancos españoles, que no dan créditos a los que crean empleo pero tienen en su poder el 32 por ciento de la deuda española -con dinero al 0,25 por ciento e interés al 4 ó 5 por ciento, con lo que pagamos todos- van a necesitar más dinero en 2014, dicen los gurús, y yo me pongo a temblar porque cuando ellos tosen, nosotros cogemos una pulmonía.
Y todo esto lo digo a vuelapluma, de lo que voy leyendo por un sitio y por otro sobre economía y sin entrar en más honduras, no me vaya a pasar como a los economistas, que mientras más saben menos aciertan. Pero lo que me ha llamado la atención en estos siete días son las fechas que dan para que el empleo se ponga en los niveles de antes de la crisis y las cábalas que hacen para dar fecha de salida, distancia media de la carrera y llegada a meta.
Según esa cifras, España no estará por debajo del 10 por ciento de paro hasta 2033 -o sea, cuando los de mi edad empecemos a acojonarnos por un simple resfriado- y en 2020, que está a la vuelta de la esquina, podremos llegar al 15 por ciento, si no recuerdo mal.
Eso se lo puede uno creer o no, pero como yo soy un entusiasta de la teoría del pensamiento lateral de Edward de Bono (busquen en el Google, que me falta espacio) y no sólo en el arte sino en todos los aspectos de la vida, voy a reinterpretar esas cifras ateniéndonos a lo que ha ocurrido en España en los últimos treinta años.
En 1978, que es cuando aprobamos nuestra Constitución hace ahora 35 años, España era un país en el que se podía invertir porque la mano de obra todavía era del convenio colectivo del o lo coges o lo dejas que hay gente esperando.
Quince años más tarde llegó la crisis económica de la que nos salvó Aznar con la Ley del Suelo que nos llenó de pisos y ya saben ustedes lo que ocurrió después, que nos hicimos ricos a base de créditos y gastamos más de lo que teníamos. Y diez años más tarde comenzó el desmantelamiento de todo lo que habíamos conseguido y ahora estamos con una mano detrás y otra delante.
Pues bien y grosso modo, como ya estamos otra vez como en 1978, se supone que dentro de 20 años, en 2033, ya estaremos como en el año 2000 y siete años más tarde, catapún, otra vez al carajo porque la economía es cosa de ciclos, los errores no se corrigen y los mercados son como las plagas de langostas. No digan que no lo advertí. En 2040 nos veremos.