Un destino de libertad

Publicado: 28/11/2013
Andalucía ofrece tal variedad de destinos que puede satisfacer los deseos de cualquier visitante, sea a pie o en moto
Andalucía se ofrece en esta época del año como uno de los destinos más atractivos y completos para el visitante, especialmente en puertas de la Navidad, cuando ya la mayoría de las ciudades y pueblos comienzan a vestirse para una festividad que en esta región siempre se ha vivido de forma especial. Pero antes de que lleguen esas ansiadas vacaciones, el Puente de la Inmaculada-Constitución ofrece unos días en los que poder perderse en esta inmensidad de destinos.

La riqueza natural, paisajística y medioambiental ofrece innumerables posibilidades para elegir un destino. Son muchos, tantos que a veces es difícil elegir, aunque nos hemos permitido la licencia de ofrecerle algunos detalles de lo que puede encontrar. Esta vez hemos preferido empezar por el senderismo.  Le recomendamos una pequeña ruta que es una muestra de cómo perderse por la singularidad de Andalucía.

La propuesta parte de la localidad almeriense de Alcolea, en cuya Oficina de Información Turística podrá encontrar información de primera mano de sus secretos, aunque le desvelamos algunos. La ruta posee apenas 9,5 kilómetros y en esta época del año, aun con frías temperaturas, permite disfrutar de la naturaleza entre sierras y vegas salpicadas por ruinas y miradores que impresionan.

La primera parte del sendero une el contraste del paisaje agrícola de los olivos con las vegas típicamente mediterráneas, salpicadas por las ruinas de una pequeñas fortificación de la época emiral en el paraje de El Castillejo, para después adentrarse en las fincas aterrazadas que muestran un sistema de acequias y brazales usados desde épocas ancestrales, gracias al río Alcolea. La Cuesta de Angostura nos permitirá llegar a un mirador desde el que contemplar la belleza de la Alpujarra granadina, salpicada por sus pequeños pueblos blancos, para volver de nuevo a Alcolea y visitar la ermita de San Sebastián y San Ildefonso, de primeros del siglo XVIII  y  en restauración desde el año 1998.

Pero si prefiere disfrutar de verdad del viaje, no hay una forma más idónea para hacerlo que en moto. Y ya que hemos hablado de la Alpujarra de Granada, le proponemos que la recorra sobre dos ruedas partiendo de la comarca del Marquesado de Guadix para adentrarse en el Parque Nacional de Sierra Nevada y terminar en el Valle de Lecrín, sólo a un paso ya de la Vega de Granada.

Una moto permite ser dueño del tiempo y del espacio, y eso es lo que le proponemos, libertad, para recorrer municipios como Bubión, Busquístar, Capileira, Dúrcal, Guadix o Lanjarón; perderse  en pequeñas pedanías como Laroles, Mecina Bombarón o Pitres; disfrutar de su riqueza etnográfica, natural, cultural y gastronómica sin más límites que los que usted se imponga. En todas encontrará un lugar donde comer o donde dormir (Las Villas de Bubión es una opción  que no debería perderse).

Jardines de Andalucía

Pero si lo que quiere es perderse en las singularidades, quizás no sepa que existen rutas tan específicas que abarcan hasta los jardines de las ciudades. Si ha elegido para esos días de asueto una ciudad patrimonial, sus espacios verdes también pueden ser un atractivo en el que invertir una mañana, una tarde o incluso una jornada completa. Por ejemplo, si está en Sevilla, sepa que el jardín más antiguo lo encontrará en el Patio de los Naranjos, que perteneció a la antigua mezquita almohade sobre la que se asienta la actual catedral, de la misma época (siglo XII) que el Almohade de la Casa de Contratación, muy cercano al anterior. Aunque si quiere aunar patrimonio y verdor, no se pierda el conjunto de los jardines del Alcázar, el que reúne la mayor variedad de estilos posible en un espacio reducido: mudéjares, renacentistas e incluso un laberinto de mirtos y cipreses que le sorprenderán.

Esta curiosa ruta no sólo se queda en las grandes ciudades monumentales. Si ha elegido la Sierra de Aracena, acérquese a Fuenteheridos para disfrutar de los ejemplares de pinsapo y sequoya del jardín de Villa Onuba, o recorra unos kilómetros para alcanzar Riotinto e interesarse por las casas ajardinadas del barrio de los ingleses.

Radicalmente distinta es la opción que ahora destacamos, de gran belleza natural en esta época del año de tránsitos migratorios. Si es amante de la naturaleza, además de poder perderse por las maravillas del Parque Natural del Estrecho, en su punto de información puede obtener más detalles de cómo disfrutar de un espectáculo único: cómo miles de aves sobrevuelan el Estrecho de Gibraltar camino a sus estaderos invernales en África, mientras encuentran sus lugares de descanso en nuestras marismas, enclavadas estratégicamente.

Pero es la época de aceitunas y no podemos dejar de recomendar una oferta muy especial organizada por OleotourJaén, que ofrece un viaje por la esencia de la cultura del olivo, a través del que podrá conocer in situ el proceso de producción del aceite, desde el cultivo hasta su envasado en la almazara. Un recorrido por múltiples emociones y variadas sensaciones en torno al aceite de oliva y el olivo: un masaje, un paisaje, una comida, una visita cultural, un paseo a caballo... experiencias que no le dejarán indiferente. Es el “oleoturismo” llevado a su máxima expresión. 

Úbeda y Baeza, sinónimo de patrimonio universal

Las ciudades de Úbeda y Baeza, declaradas Patrimonio de la Humanidad, conservan aquel hechizo de hace 500 años y las convierte en el máximo exponente del renacimiento español. Dos ciudades hermanas, en su historia y en su legado patrimonial.

Rodeadas de olivares con el Guadalquivir a sus pies, estas dos ciudades conservan entre sus calles el trazado original de tiempos remotos. Úbeda representa la arquitectura privada y el poder civil, y Baeza la arquitectura pública y el poder religioso. Las dos figuras más destacadas de aquellos tiempos fueron Francisco de los Cobos, secretario de Carlos I, y su arquitecto Andrés de Vandelvira, autor de los más soberbios monumentos de ambas ciudades.

La singularidad de Úbeda y Baeza se hace palpable en sus trazados urbanísticos e importantes edificios, de los que destacamos algunos de los más emblemáticos y que no debe perderse si opta por acercarse a ellas estos días.

En Úbeda encontramos la Plaza Vázquez de Molina, considerada una de las más bellas de Europa. Es un recinto abierto donde se alzan los monumentos más destacados del Renacimiento, como la Capilla Funeraria del Salvador del Mundo, la Iglesia colegiata de Santa María de los Reales Alcázares, el Palacio de Juan Vázquez de Molina o de Las Cadenas.

Aunque hay más: el  Hospital de Santiago, los palacios del Deán Ortega o de Vela de los Cobos, o la Iglesia de San Isidoro, son algunas muestras de lo que puede encontrar en esta monumental ciudad.

En Baeza sobresalen la plaza de Santa María, que ejerce de epicentro de la ciudad noble, donde destaca la Catedral consagrada a la Natividad de Nuestra Señora; además encontramos la iglesia románica de Santa Cruz, el Palacio de Jabalquinto, el Ayuntamiento y la Plaza del Pópulo.

Y otros tesoros son la antigua Universidad e Iglesia de San Juan Evangelista, el antiguo Seminario San Felipe Neri, las antiguas carnicerías y  la Audiencia Civil y Escribanías Públicas.

Además, la provincia de Jaén, frontera durante siglos entre musulmanes y cristianos, con una red de fortalezas únicas en Europa y la ruta de las Castillos y Batallas recorre las fortalezas de Alcalá la Real, Santa Catalina en Jaén, el de Burgalimar y la de Baños de la Encina.

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