Ayer se conmemoró el Día Internacional contra la Violencia de Género y el mensaje que lanzaron las administraciones fue unánime: “hay que denunciar el maltrato y a los agresores”.
A lo largo de 2013 han muerto 45 mujeres a manos de un hombre por violencia machista, una de ellas menor de edad. Once eran andaluzas y dos jienenses (Peal del Becerro y Alcalá la Real). También han muerto seis menores hijos de las víctimas, que cada vez son más jóvenes. A todas se las recordó ayer en sucesivos actos institucionales que tuvieron como escenarios la lonja de la Diputación Provincial, la Subdelegación del Gobierno, y el parque de la Concordia.
Éste último fue por la mañana escenario de una concentración de jóvenes de institutos de la capital que quisieron romper con la violencia de género en un acto organizado por los servicios municipales del Patronato de Asuntos Sociales.
La concentración organizada por la Comisión por la Igualdad y Contra la Violencia de Género de Jaén se convirtió en la tarde de ayer en el acto central del 25 de Noviembre, una fecha que marca en el calendario que aún queda un largo camino por erradicar la mayor lacra social: la violencia de género.
La concentración cerró un “día de denuncia” y reunió a numerosas personas, de todos los colectivos y edades, para mostrar “su repulsa a los actos de violencia contra las mujeres”, protagonizando una voz colectiva que no consiente 'ni una víctima más' y que piden un 'basta ya de violencia'. “Este día somos esas mujeres que ya no tienen su voz para denunciar, esos hijos que ya no tienen una madre que los cuide o esos padres que ya no tienen una hija a quien abrazar”, dijeron.
Desde el 25 de noviembre de 2012 al día de ayer las víctimas de la violencia machista no son 45 mujeres, sino 51 y por cada una de ellas se encendió una vela y se colocó en torno a un lazo de color morado que simboliza el rechazo al maltrato a la mujer y que cubría el suelo de la plaza de las Batallas. Se nombraron a cada una de las mujeres fallecidas a manos de sus parejas o ex compañeros sentimentales, la fecha en la que fueron asesinadas y dónde vivían. Y así aparecía también en las cruces negras que rodeaban el lazo morado. Además, cuatro mujeres vestidas de riguroso negro y con un rostro que evidenciaba las bofetadas de los maltratadores, denunciaron que es un problema social y que cualquier mujer puede ser víctima mortal si no se actúa a tiempo, si no se denuncia.
Durante la lectura del manifiesto, a cargo de Manuela Ledesma, coordinadora del Seminario Mujer, Ciencia y Sociedad de la Universidad de Jaén, se recordó el reconocimiento y asimilación de la violencia de género como forma de discriminación, pues constituye “un primer paso en la lucha por erradicarla”, pero también un compromiso por parte de la Administración de no quedar al margen de lo que se califica como “uno de los ataques más flagrantes a los derechos fundamentales” de la persona, “como la libertad, la igualdad, la seguridad y la no discriminación, proclamados todos ellos en la Constitución”.
Recordaron que la violencia de género “no es un problema que afecte al ámbito privado, sino que se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en la sociedad”. Se trata de una violencia “que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión”.
Ayer animaron a denunciar y a que la sociedad no baje la guardia contra la violencia de género. Guardaron dos minutos de silencio y finalizaron con unos acordes de violín a cargo de Raquel Díaz, coordinadora del Plan de Igualdad del Conservatorio Superior.
Diputación recuerda a las víctimas de la violencia
El presidente de la Diputación , Francisco Reyes, y la diputada de Igualdad, Yolanda Caballero, testimoniaron ayer el clamor de la sociedad jienense para que las mujeres que sufren la violencia machista denuncien a sus agresores. Fue en el acto institucional que cada año se organiza en la lonja, donde se reunieron diputados, trabajadores de la Administración y otros colectivos sociales.
Al acto acudió la consejera de Agricultura, Elena Víboras, que recordó que “en el ámbito rural es más difícil plantear la denuncia, pero hay que hacerlo porque no es posible que las mujeres estén sometidas a esta violencia”.
Francisco Reyes aseguró que “mientras haya un hombre que crea que una mujer es de su propiedad, tiene que estar la sociedad para denunciarlo y no hacerlo de forma puntual, sino a diario”.
La diputada de Igualdad leyó el manifiesto común a las ocho diputaciones andaluzas, poniendo el acento en la incidencia que está teniendo también la violencia de género en los hijos menores de edad. Se guardó un minuto de silencio y se colocó un ramo de flores en la escultura contra los malos tratos. Una batucada de Yronía Teatro rompió el silencio.
Los estudiantes rompieron con la desigualdad
Alumnos de los centros de Educación Secundaria de la capital se dieron cita durante la jornada matinal de ayer en el parque de La Concordia en un acto organizado por los servicios municipales del Patronato de Asuntos Sociales del Ayuntamiento, en el que se realizaron actividades para demostrar la repulsa de los más jóvenes a la violencia de género. Al acto acudió la edil responsable, Reyes Chamorro.
Los estudiantes han trabajado en las aulas cómo prevenir la violencia de género y como luchar por una igualdad real entre hombres y mujeres, y ayer manifestaron con la actividad la ruptura total con la desigualdad actual.
De forma simbólica, se encadenaron y en cada eslabón de la cadena aparecían mensajes que evidenciaban la desigualdad y la tolerancia al maltrato, rompiéndola y demostrando así que hay que denunciar y luchar contra la violencia de género.
Según la edil, un ocho por ciento de las alumnas que han participado en la labor formativa impulsada por el Patronato en los institutos de la capital ha reconocido que ha sufrido maltrato psicológico de su pareja.
Plantación de rosales y placa por las víctimas
El subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, junto al alcalde de la ciudad, José Enrique Fernández, y otras autoridades y colectivos sociales, guardaron un minuto de silencio por las víctimas de la violencia de género, ante un edificio del que se desplegaba un enorme lazo de color morado con el que mostraron su repulsa a esta lacra social.
Lillo pidió la colaboración de toda la sociedad para “cubrir con un manto de protección” a las mujeres en riesgo de violencia machista y poner fin a “esta plaga desastrosa”. Tras la lectura de una declaración aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros, se descubrió una placa en memoria de las víctimas y se plantaron unos rosales en el jardín, en memoria de las mujeres andaluzas asesinadas por violencia machista.
El alcalde recordó la reciente firma, este mismo mes, del protocolo de colaboración entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la Policía Local, por el que se ha creado el grupo de violencia de sexo y menores, conocido como Grupo Alba.
Fernández de Moya pidió que no se oculten los casos de violencia machista y que se denuncien.