Tres trabajadores no aguantan más la situación de desesperación e indefensión por la que fuera su empresa les está haciendo pasar y por ello, cualquiera que se asome a la altura del número 60 de la gaditana calle García de Sola puede apreciar la protesta tan pacífica como elocuente que Esther Vizcarrondo, Juana de la Herrán y Juan Luis Suárez protagonizan cada día de 10.30 a 13.00 horas a las puertas de Eurovent, la empresa de ventanas con sede en la cordobesa localidad de Montilla y que fue la suya hasta hace poco.
La historia arranca en 2010, cuando estos tres trabajadores, cansados de cobrar por goteos de 100 o 200 euros un buen día se armaron de valor y con el acompañamiento de un abogado denuncian en 2011 a la empresa a los cinco meses sin cobrar sus salarios, "y ni se presentaron al acto de conciliación", señalan. En resumidas cuentas la empresa dejó a deber cinco nóminas a De la Herrán y Vizcarrondo y tres a Suárez y fueron despedidos fulminantemente en enero de 2012 mediante un despido disciplinario que se demostró en el juicio que se trataba, y así lo recoge la sentencia, de unos despidos improcedentes.
Con lo que la empresa, que se hallaba en una situación de concurso de acreedores, dejó de pagar los salarios de trámite, hasta que el administrador concursal estableció en el convenio la viabilidad de la empresa aunque recomienda que debería ser el Fondo de Garantía Salarial el que se haga cargo de los costes laborales aparejados al proceso.
Lo cierto es que la situación de estos trabajadores se remonta a un tiempo anterior a la entrada en vigor de la reforma laboral, con lo que la indemnización por despido correspondiente asciende a 45 días por año trabajado, pero ya han pasado dos años y medio de dichas sentencias judiciales, "la empresa sigue abierta y publicitándose como solvente e incluso con ambición de expandirse en el mercado internacional" y los trabajadores citados siguen sin recibir lo que les corresponde por ley y por sentencias judiciales.
Actualmente a los trabajadores de Eurovent les recomiendan acudir al Fogasa para poder recibir parte del dinero que les deben, a pesar de que la empresa no está declarada en quiebra ni en suspensión de pagos, "que es para lo que se supone que está el Fogasa", afirman. Señala Vizcarrondo que en caso de acudir a este Fondo, sólo cobrarían 30 días por año trabajado y no 45, con lo que la indemnización se vería reducida en un 33 por ciento".
Lo que les queda es aún es ánimos para luchar de modo silencioso pero firme, al menos mientras les queden ánimos.
Los tres continúan cobrando el subsidio de desempleo y buscando trabajo a la vez, pero el tiempo se les acaba, como la paciencia. No en vano, a uno de ellos se le acaba el paro el mes que viene y en febrero a los otros dos. Dos de ellos podría acceder posteriormente a la ayuda de 400 euros, pero otro de ellos, no.
Un panorama nada halagüeño, pues, para estos trabajadores que piden únicamente que se les dé lo suyo y que se haga justicia, ya que la sentencia les dio la razón en julio de 2012, razón que Eurovent no quiso darles.