Cristina Tárrega está recibiendo numerosas críticas por el discurso que realizó recientemente en el acto de adhesión al acuerdo de la Sociedad Civil organizado por la Comunitat Valenciana, algo que la presentadora no entiende después de “llevarme 16 años de mi vida yendo a Andalucía, una tierra que llevo en la sangre y de la que me siento parte”, contando en la actualidad con tres propiedades en esta comunidad que “siempre he abierto a mis amigos para que conozcan los encantos de esta región que, sin duda, son innumerables”.
Aclara que al hablar como ponente en dicho foro “sólo quise narrar mi experiencia desde el corazón, sin ningún papel delante, por lo que conté una anécdota que siempre hablo con mi marido y que, de hecho, no es la primera vez que lo cuento en público, por lo que no entiendo que hayan querido sacarlo de contexto”, puesto que recalca que “yo nunca me meto en temas de política”.
Cristina Tárrega, que no quiere seguir derramando más lágrimas, dice que se ha visto atacada en las redes sociales “de forma injusta”, algo que incluso le ha llevado a cerrar su perfil de Twitter “tras recibir insultos e incluso amenazas que me están haciendo mucho daño”, puesto que “como todos saben mi marido Mami Quevedo es andaluz y siempre hemos apostando por esta tierra”. Y es que incluso recuerda que se casó con el exfutbolista el 26 de diciembre de 1999 en la capital gaditana, “concibiendo también a mi hijo Marco en Cádiz por lo que nosotros cariñosamente le decimos hasta que es caletero”, por todo ello y mucho más no entiende que haya llegado a ser trending topic por unas palabras “que no se ajustan a la realidad. Los que lo han dicho no conocen nada de mí, puesto que Andalucía forma parte de mi vida diaria”.
Malentendido
Recuerda que lo que dijo, dicho está, pero de sus palabras del acto en las que recalcó que quería ver crecer a su hijo en Valencia matiza que “es normal que yo también quiera que mi hijo vea a sus abuelos maternos” y cuando mencionó textualmente que: “Estoy casada con un andaluz y me da tanto orgullo decirle: Tu Andalucía no está como mi Valencia. Mi comunidad está preciosa. Sólo tienes que verla, mira como está todo”, no lo hacía ni mucho menos para ofender a nadie sino para recordar que Andalucía se merece muchas más mejoras de las que tiene en la actualidad, apunta.
Concluye que “todo esto me duele tanto porque yo soy de las que tomo gazpacho, voy cada quince días a ver el Cristo del Gran Poder de Sevilla, me emociono cuando paso por el puente del Carranza,... vamos, que por Andalucía me dejo la piel y de esto ya nadie se acuerda”.
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