Con todo, fue la iglesia de San Lucas la que concentraría al mayor número de peregrinos, que en número incalculable acudieron al histórico templo a postrarse ante las plantas del Señor de la Salud en sus Tres Caídas.
El besapiés del Nazareno Caído se prolongó por espacio de 24 horas sin interrupción alguna, abriéndose a la medianoche del día de ayer. La imagen que fuera esculpida a pocos metros de allí por Ramón Chaveli vistió para la ocasión una inédita túnica de damasco morado, ceñida con cíngulo amarillo, al modo y manera al que esas mujeres que ante Él se arrodillaron ayer vistieron durante siglos para acompañar al Nazareno de San Juan de Letrán. Unas sobrias potencias de metal plateado completaron la insólita estampa.
La jornada se completaría con el besapiés al Santísimo Cristo de la Esperanza, en la iglesia de San Juan de los Caballeros; y el besamanos al Señor Cautivo, en la capilla del Cristo del Amor. El primero de ellos destacaría nuevamente por el sabor añejo que desprenden todos los actos cultuales que organiza la Hermandad de la Santa Vera Cruz.
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