No es nuevo. Financiarse con dinero ajeno estan extendido como la misma creación del crédito. El problema no es ese, aunque cierta expansión repentina en la distribución minorista, pueda haber dejado en situación crítica más de una caja de ahorros. Para que luego pretexten la obligación de vigilar el dinero de sus depositantes, al denegar un crédito de dos mil euros. Y hay otros sistemas más sutiles. Una multinacional de la alimentación lo ha anunciado, tras la llegada del nuevo Director General “experto en reestructuración de empresas”. Profesor asociado de cierta importante escuela de negocios barcelonesa, ha dirigido empresas posteriormente quebradas, o vendidas al capital francés. Así no debe ser muy difícil reestructurar. Por su estilo, tampoco: el flamante nuevo director ha decidido no pagar a sus empleados, para, así, reflotar la empresa. Otros lo vienen haciendo aquí,sin anunciarlo. Empeñados en crecer por encima de sus posibilidades, mediante compras, están retrasando los pagos, aunque esta vez -más cucos- combinan los centros de trabajo. No quieren hacer global el problema que ya han tenido en un centro en Sevilla. Porque la gente, normalmente, trabaja para vivir. Para poder vivir. Aunque algún aprovechado y desaprensivo pseudo-empresario, pueda llegar a creer que trabajan sólo para enriquecerlo.
Aquí encaja el principio de “El Capital”. Invertir con el dinero de los trabajadores es poner cara la vida. Echarle cara, más bien. El contexto de mercado es “muy complicado”, decía el “preclaro” director venido de la “Business School” de Barcelona. Manía le da a la gente de descubrir todos los días el Mediterráneo. El dinero de los proveedores es intocable, añade tan insigne economista. “Economista”, será porque economiza. Pero sólo economiza tirando de la parte más débil. O habrán creído que a los trabajadores de sus empresas les sobra el dinero y van a trabajar para no aburrirse en casa. O les importan muy poco los trabajadores. Deben pensar que, con tanto paro acumulado, unos cientos de muertos de hambre más, es poco relevante…
El “experto”, “busca poner en marcha los instrumentos que permitan a la compañía dotarse de un plan de negocio que asegure el futuro del grupo en un medio de un muy complicado contexto de mercado”. Por lo menos hay algo claro: en la “Bisines” esa enseñan palabrería. Pero, si pretende asegurar el futuro de la compañía con el dinero de los empleados, si el otro compra cuanto se le ponga por delante con dinero de los trabajadores, al menos podrían darles participación. Una cosa es la plusvalía del dinero y otra muy distinta dar la razón a los enemigos del empresariado, cuyo deber es crear riqueza y empleo, jamás hacerse ricos a costa del empleo.
Después de las medidas del gobierno, con subida de impuestos y abaratamiento de costes laborales, utilizar la parte de los asalariados para cualquier uso distinto del único lógico, que es pagarles, es “pagarles” ruín y mezquinamente. Es aprovecharse de ellos y recalcar el carácter más salvaje del capitalismo, el que honrados empresarios han intentado desterrar, sin éxito, a tenor de estos lamentables ejemplos.
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