El obispo diocesano, Rafael Zornoza Boy ha presidido esta mañana la función solemne que ha puesto el final de la novena que ha venido celebrándose en la iglesia conventual del Carmen desde el día 7 de julio.
Con un templo a rebosar de público, y concelebrada junto con el arcipreste de San Fernando y el prior del convento de San Joaquín y Santa Teresa, además de carmelitas descalzos y varios párrocos isleños como el de la iglesia Mayor, del Santo Cristo, de Buen Pastor o de San Marcos Evangelista, entre otros sacerdotes, el prelado diocesano ha incidido en la valía de los signos carmelitanos y de los doctores de la Iglesia, como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, además de poner en valor la fe y el camino de vida, frente al relativismo de la sociedad actual y y ante lo que parece “el ocaso de la religión”.
Durante las ofrendas, las salineras de las fiestas patronales, han vuelto a realizar la entrega de productos típicos de La Isla, como cañaillas, cangrejos, camarones, etc. que anualmente ofrece la Venta de Vargas, así como un ramo de flores. La Salinera Mayor, Nuria Otero Calvillo, dio lectura a un hermoso texto, en una ceremonia que cambió hace tres años y que simplificó para dotarla de mayor dinamismo, de forma que ahora sólo la Salinera Mayor habla en las ofrendas.
A la ceremonia han asistido asimismo miembros de la Corporación Municipal, encabezados por el alcalde, José Loaiza, mientras que el Vicealmirante Fernando Querol Pagán, almirante del Arsenal de la Carraca y jefe del Apoyo Logístico de la Bahía de Cádiz, encabezó las representaciones militares.
Tras la ceremonia, se inició el besamanos a la Virgen del Carmen Coronada. Anoche, se celebró también el acto de felicitación a la Patrona, en un acto en el que estuvo presente el Amirante de la Flota, y en el que se apreció una disminución importante en el número de asistentes, quizás por la coincidencia con el día popular de las atracciones en la Feria del Carmen y de la Sal.