Esta medida, que se llevará a cabo en la zona azul y en los aparcamientos de rotación para discapacitados de la zona centro, responde así a una de las demandas planteadas por colectivos como Adifi que, desde hace años, viene denunciando el uso fraudulento que vienen realizando muchos jerezanos de esta tarjeta que falsificaban, vendían y utilizaban hasta que se cumpliera la fecha de caducidad de algún familiar ya fallecido.
La Delegación de Recursos y Movilidad pondrá a disposición de las personas con movilidad reducida una tarjeta de estacionamiento complementaria a la de la Junta de Andalucía con la finalidad de garantizar un uso correcto de las plazas reservadas a personas con discapacidad. A partir del lunes se establece un plazo de un mes para la recogida de esta tarjeta municipal que entraría en vigor el 1 de abril.
Los requisitos que se tendrán que cumplir para obtener esta tarjeta en las oficinas de Movilidad (calle Corredera) serán aportar el DNI, la tarjeta de movilidad reducida de la Junta y el permiso de circulación del vehículo, tal y como ayer dio a conocer el propio Área de Movilidad.
Casi 600 aparcamientos. La ciudad cuenta con un total de 594 aparcamientos para personas con discapacidad, siendo los últimos los 19 que a mediados de 2008 se pusieron a disposición de los ciudadanos con tarjeta de movilidad reducida en plaza Monti, calle Armas, José Luis Díez, plaza Aladro, calle Arcos, Las Angustias y calle Limones; cuatro plazas en la calle Diego Fernández Herrera, y otra más en el Callejón de los Bolos. Esta iniciativa permite a los beneficiarios ‘reales’ disfrutar de un aparcamiento debidamente señalizado de forma gratuita, las 24 horas del día.
¿Qué pasa con las plazas con matrículas? Los que no tendrán que pedir la segunda tarjeta serán los usuarios que en Movilidad ya hayan realizado la reserva de su aparcamiento por ser discapacitado. Estas plazas son dotadas de señalización horizontal y vertical, y aunque son más difíciles de ‘piratear’ al tener la matrícula del vehículo, la picaresca también hace mella. Se dan casos de discapacitados que, por su avanzada edad, ceden su coche y plaza a otros familiares que no tienen problemas de movilidad y que, por lo tanto, no deberían hacer uso de este aparcamiento.
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