Andalucía

Casabermeja, el Cante Grande

Si hay que elegir un destino en verano, uno de ellos es disfrutar del buen flamenco acudiendo al festival el 20 de julio

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  • Fin de fiesta

Aunque Andalucía ofrezca en verano una multitud de ofertas turísticas por las que el visitante puede decantarse, desde el tradicional sol y playa hasta el de interior, pasando por el monumental, en esta ocasión nos vamos a centrar en una de las identidades que más marcan la cultura de esta tierra, el flamenco, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero que en época veraniega se expande por multitud de localidades andaluzas en forma de festivales, cada uno con sus propias características.

Y en esta ocasión nos quedamos con el de la localidad malagueña de Casabermeja, uno de los más antiguos de los que se celebran y que además tiene como peculiaridad que no sólo se escucha el Cante Grande que le da nombre, sino también cómo se vive, con los aficionados distribuidos en sillas y mesas donde comen y beben mientas disfrutan del buen flamenco.

El Festival de Cante Grande de Casabermeja es actualmente de los más antiguos de Andalucía, siendo este año su XXXVI edición, habiendo pasado por él las mejores estrellas del cante, tales como Camarón de la Isla, José Menese, José de la Mercé, etc.

Casabermeja, con una situación geográfica estratégica, a menos de veinte minutos de la Costa del Sol por autovía, y a menos de hora y media de las principales capitales de Andalucía (Córdoba, Granada y Sevilla), recibe una afluencia masiva de aficionados y turistas de toda Andalucía. Son numerosas las peñas flamencas que desplazan a sus aficionados para disfrutar de una buena noche de cante, no olvidando los turistas que cada vez vienen más interesados por captar las raíces flamencas de Andalucía.

El Festival a lo largo del tiempo ha ido sufriendo innumerables cambios que han servido para enriquecerlo y dotarlo de una personalidad propia, peculiaridades que justifican su gran audiencia.Se realiza al aire libre, en esta ocasión el 20 de julio, aunque su fecha suele rondar el penúltimo sábado de julio, cuando la temperatura es la adecuada para disfrutar de la noche.

El recinto está distribuido de forma que los aficionados y visitantes se disponen en sus mesas y sillas, sin el enclaustramiento que supone el teatro o lugar cerrado, porque en el festival de Casabermeja se come y se bebe mientras se escucha buen cante. Y tiene hasta su particular historia: en Casabermeja, cuando un grupo de amigos se reúne a beber vino alrededor de una mesa se le llama “entanganar” y esa idea se ha trasladado al festival, porque lo que hace sentados alrededor de una mesa y escuchando cante tomando una copa es estar “entanganando”.

También se ha recogido la costumbre de Casabermeja en el Corpus de alfombrar las principales calles del pueblo con plantas olorosas como tomillo, romero y mastranzo, de modo que el suelo del recinto y sus alrededores se cubre de estas plantas debidamente regadas que dan al lugar un ambiente muy agradable. Y como escenario de fondo podrá encontrar la inmejorable foto de la noche de Casabermeja con su torre roja de la Iglesia.

En el Festival de Cante Grande de Casabermeja se realizan dos pases, los cantaores, cantaoras y cuadro de baile hacen un primer pase y tras una breve pausa los artistas dan un segundo pase para concluir con un gran final de fiestas en los que intervienen todos: cantaores, cantoras, guitarristas y cuadro de baile.

Sin embargo lo mejor que tiene el festival es su público, porque en Casabermeja se escucha cante con gran respeto, respeto que viene del conocimiento de un público entendido que ha hecho suyo lo de “saber escuchar es un arte”. En los últimos años este festival ha experimentado un incremento en el número de aficionados que acuden, que ronda los 800 personas, muchos de ellos  extranjeros buscando el arte andaluz.

Algo de historia

Los orígenes del Festival de Cante Grande de Casabermeja se remontan a agosto de 1969, cuando un grupo de jóvenes integrantes de la Junta de Festejos deciden sustituir del programa el tradicional cuadro flamenco por un festival en toda regla, una decisión que no fue casual ni gratuita, sino hija del sustrato cultural de los años sesenta, cuando el flamenco tiene un gran reconocimiento entre la clase intelectual. Fundamental fue la labor previa de la Biblioteca Municipal y la Peña Cultural.

Mientras en el tocadiscos de la Biblioteca se escuchaban el último disco de José Menese, Chocolate, o algún otro nuevo valor, la Peña Cultural se volcó en la labor divulgativa, incluyendo recitales en los que tuvieron un papel esencial los cantaores locales. abriéndose a aires nuevos, cantando en bares y tabernas y prolongando a veces el “entangane” hasta más allá de lo que las entonces vigentes normas de orden público, bastante estrictas, lo permitían.

De los nuevos valores de aquellos años era José Menese el más apreciado, tanto por lo que significaba de renovación del cante como por sus letras, activas en la lucha contra la dictadura: las letras de Francisco Moreno Galván, hablando de libertad y justicia social, hicieron furor.

Hasta el nombre tuvo su peculiaridad: Cante Grande y no Cante Flamenco, porque no hay cante grande ni chico, que todos los cantes son grandes si son bien interpretados.

Un pueblo volcado durante un mes en su festival

Si algo tiene de característico el Festival de Cante Grande de Casabermeja es que el pueblo se vuelca en el flamenco al completo, no sólo alfombrando las principales calles de la localidad o participando activamente “entanganando” para disfrutar del cante, el baile y el toque, sino también completando la cita con un ciclo muy variado de actos que conforman el llamado Julio Flamenco.

Además del tradicional acto de presentación de la programación, en el que se hacen públicos el cartel del festival y las figuras que lo componen, suelen sucederse los actos culturales. En esta ocasión, el pasado 29 de junio se presentó el libro, que contenía 2 cd’s, ‘La Cañeta de Málaga, José Salazar, la Pirula’, de Paco Roji y Ramón Soler Díaz, que incluía la actuación de la primera, la Cañeta de Málaga.

La Peña Flamenca Torre Zambra de Casabermeja tiene especial importancia en todas estas actuaciones. De hecho este año celebra su 25 aniversario y con tal motivo acogen una exposición sobre su historia, en la que incluyen la proyección de un vídeo de imágenes inéditas que han tenido lugar en la propia peña.

También el cine tiene su hueco en este julio flamenco, con la inclusión de un ciclo sobre Cine y Flamenco en el que se ha proyectado el largometraje ‘Francisco Moreno Galván, la fuente de lo jondo’, dentro de la III Bienal de Flamenco de Málaga.

Pero la antesala del Festival de Cante Grande de Casabermeja es la Olla Flamenca que celebra la peña y que este año cumple el 13 de julio su XXVI edición. En esta ocasión, el cartel lo componen al cante Miguel Funi y Perico Pañero, mientras que al toque están Antonio Malena y Domingo Rubichi.

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