Este fin de semana los europeos lo intentarán de nuevo. Pero, las esperanzas de un camino único y comprometido son pocas. Por lo visto, hasta ahora cada uno ha decidido ir por libre. Unos con más acierto que otros, pero todos intentando salvar su suelo patrio. Cada uno tomando medidas específicas dirigidas a sus sectores y a sus diversas circunstancias económicas. Ya se empieza a poner encima de la mesa la idea de bajar impuestos para que familias y empresas dispongan de dinero para hacer frente a sus pagos y para que puedan consumir. No en España, claro.
Aquí seguimos a vueltas con el mercado de trabajo. Unos hablan de peras y otros de manzanas. Pero, en general, la sensación es que nuestro Gobierno está paralizado y que no se atreve a adoptar medidas. De nuevo estamos a las puertas de unas elecciones donde se juegan mucho los dos grandes partidos y no hay que hacer nada que duela. Además, nos han metido en el debate la corrupción y las cacerías antiestéticas y nada éticas. Hay que denunciarlo y juzgarlo en su caso. Pero que no nos distraigan. Cada previsión que se publica es bastante peor que la anterior. Los cinco millones de parados es más que una amenaza y da la sensación de que el Gobierno sigue tocando el violín con un discurso facilón y mentiroso según el cual no se sabe por qué saldremos de la crisis, ahora allá por 2011. La Bolsa ha perdido esta semana casi un 7,5&, un 17%en lo que va de año, y esto es el claro reflejo de que la crisis de la economía real está ahí amenazando con peores cifras y con peores realidades como la de algunas entidades financieras a las que se les busca solución.
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