No hay que olvidar, por otra parte, que Ferrari se ha alzado con el título de constructores, lo que dice mucho de la escudería y no tanto de sus pilotos, sobre todo de Kimi Raikkonen, que fuera campeón del mundo el pasado año.
Mientras tanto, Fernando Alonso lograba un nuevo podio, algo impensable para aquellos que veían como la principio de la competición, el R-28 se comportaba poco menos que como una tartana.
El excepcional trabajo realizado por el español, y por ende por el equipo de Flavio Briatore, culminó con un final de temporada extraordinario. En efecto, contabilizando desde Hungría, Alonso hubiera sido campeón del mundo. De hecho, la crítica internacional entiende que Alonso ha sido este año el mejor piloto de la Fórmula I.
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