El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha asegurado este viernes que no le "gustan las huelgas en educación" porque considera que "la escuela debe ser un sitio pacífico" y ha defendido la necesidad de "sentarnos a hablar" para alcanzar un pacto de Estado en materia educativa.
Griñán se ha pronunciado de este modo durante una entrevista en la cadena Ser, recogida por Europa Press, al ser preguntado por la huelga de la comunidad educativa contra la reforma promovida por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, y el posible retraso de su aprobación por el Consejo de Ministros.
"Ojalá empezaran a reflexionar de que la ley Wert va a empezar a discriminar desde edad temprana a los niños por razones económicas y va a tener efectos terribles para la igualdad de oportunidades", ha asegurado que el jefe del Ejecutivo andaluz, que ha señalado que, "más allá de la carga ideológica que puede tener sustituir Educación por la Ciudadanía (EpC) por la religión y todas estas cosas que no me gustan, lo peor de todo es que va a seleccionar y segregar tempranamente a los alumnos".
A modo de ejemplo, Griñán ha indicado que "hay niños que por cualquier circunstancia, porque tengan dislexia temprana o sean hiperactivos, no pueden rendir de niños igual que otros, pero los que se vayan a quedar atrás si los padres tienen dinero en la privada van a seguir y los otros van a ser segregados".
Ante esta situación, el presidente de la Junta ha reiterado la petición que viene formulando "hace meses" la consejera de Educación, Mar Moreno, "que nos sentemos a hablar un pacto por la educación", ya que ha admitido que "no me gustan las huelgas en la educación, que me parece que son terribles desde el punto de vista de la inseguridad porque la escuela debe ser un sitio pacífico".
"Cuando mis nietos van a la escuela, lo que me interesa es que haya un ambiente de estudio, trabajo, comprensión, convivencia", ha subrayado Griñán, que ha destacado que con las medidas del Gobierno "se están produciendo disparates como obligarnos a no poder sustituir a un profesor enfermo hasta los 15 días, cuando en Andalucía se estaba haciendo en dos o tres días". A su juicio, el objetivo de esta medida "es perjudicar a la educación pública, que es la que garantiza la igualdad de oportunidades".