La Encuesta de Población Activa (EPA) que acabamos de conocer coloca a la provincia en 124.100 desempleados en el primer trimestre de este año, con una subida respecto al anterior registro de 12.500 nuevos parados, un dato escalofriante y demoledor, aunque lo que de verdad aterra es que 2012 supuso para la provincia engordar la situación hasta llegar hoy a una tasa del 40,85%, que es extraordinariamente alarmante porque representa traspasar una peligrosa línea roja, que se encuentra a mucha distancia de la media española, reflejo del momento tan crítico por el que atraviesa Jaén para el que es, con diferencia, el principal problema al que hay que hacer frente, y un panorama que tiende a agravarse porque la situación del campo es tal que lo único que cabe esperar es que contribuya a hundir más la economía y que siga afectando tan negativamente al mercado de trabajo. Estas elevadas cifras de paro lejos de ser un arma arrojadiza tendría que suponer que los partidos, administraciones y agentes sociales, sentados en una misma mesa, hicieran sus lecturas de la situación de emergencia para buscarle soluciones a esta negra escalada en lugar de echarse la culpa los unos a los otros como de hecho ocurre. Por desgracia lo que está sucediendo en Jaén con el desempleo no es una sorpresa, mensualmente venimos advirtiendo de lo que es una tendencia y dice bien a las claras que en esta provincia la crisis se ha cebado con rotundidad, de ahí que volvamos a urgir un gran acuerdo imprescindible para frenar el drama que con estos fríos datos es una gran amenaza para Jaén.
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