Aterriza en los cines The Host, la adaptación cinematográfica de la nueva criatura literaria de Stephenie Meyer, la madre del fenómeno Crepúsculo. Y en el paso de vampiros y licántropos a parásitos alienígenas... la cosa no ha mejorado mucho.
Después de conseguir el triángulo amoroso formado por un chupasangres luminoso, una lánguida joven y un licántropo ciclado se convirtiera en el folletín más seguido en medio mundo, Meyer se lanza a la ciencia ficción interestelar. Lo hace esgrimiendo las mismas armas: pasiones adolescentes presuntamente imposibles envueltas en un contexto fantástico.
La trama de The Host nos traslada hasta un futuro no muy lejano en el que la Tierra ha sido conquistada por una especie de parásitos alienígenas. Estos extraterrestres son gráciles pelusas -luminosas, cómo no- que se apoderan de la mente de su huésped respetando totalmente su cuerpo.
De hecho, los aliens, que en su ideario tiene más que ver que ver con los osos amorosos que con los xenomorfos que exterminaba Ripley, colonizan la Tierra para librarla de la violencia y barbarie de la especie humana. No es de extrañar que tales criaturas reciban el nombre de "almas". Ahí es nada.
El único rastro externo de su presencia que dejan estos aliens amedusados es un sutil brillo en la mirada. Así se diferencia a los invasores de los pocos humanos que conservan su libertad. Ellos forman la resistencia, perseguida por cielo y tierra por Los Buscadores extraterrestres. Y una de estos insurgentes es Melanie, una joven que, para no poner en peligro a su hermano pequeño ni al joven al que ama, Jared, cae en manos de estos sofisticados parásitos interestelares.
Wanderer es la huésped llamada a ocupar el cuerpo de Melanie. La pelusa pronto se dará cuenta de que la mente de la humana que intenta ocupar se resiste a ser dominada y a revelar cualquier dato que pueda conducir a los sofisticados, pero algo torpes, buscadores hasta la guarida de la resistencia.
Tal es la fuerza mental y el coraje de Melanie, nuestra heroína, que incluso doblegará la voluntad del parásito y le hará sentir todo lo que ella siente, incluido su amor por Jared. Pero Wanderer también tiene sus propios sentimientos, y no todos son de repulsión hacia los humanos destinados a servir a su especie de continente...
Y es que si en Crepúsculo comprobamos que de alimentarse de otra especie no es óbice ni impedimento para enamorarte de ella, en The Host ser un parásito no iba a ser un obstáculo para amar locamente al colonizado. En el mundo de Meyer el amor todo lo puede.
¿DÓNDE ESTÁ NICCOL?
Con estos mimbres aceptó hacer la cesta Andrew Niccol, que se esfuerza en cuidar el envoltorio pero es incapaz de dejar entrever ni una pizca del talento que el guionista de El show de Truman apuntó en la ya muy lejana Gattaca. Al igual que le ocurriera en In Time, el cineasta neozelandés es incapaz de aprovechar una premisa, si no muy original al menos si jugosa, para trazar un producto mínimamente aceptable.
El descalabro en The Host es mucho más estrepitoso. En esta ocasión Niccol tiene una coartada -que no una excusa absolutoria-. Su criatura es deudora del libro al que, irremediablemente, debe fidelidad. Hubiera sido muy de agradecer que se hubiera ganado la enemistad de Meyer ahorrándonos unas cuantas dosis de esa pasión adolescente (interestelar o vampírica) en la que tanto le gusta revolcarse a la autora de Crepúsculo. Pero lo que le dieron era esto... y esto nos devuelve.
En el trance de interpretar la suerte de posesión alienígena que sufre la protagonista, despierta cierto sentimiento de compasión -amén de involuntarias risas- ver cómo Saoirse Ronan mantiene consigo misma diálogos propios del consultorio de la Super Pop.
Un trago a lo Gollum de El Señor de los Anilos presuntamente necesario para que la joven nominada al Óscar por 'Expiación' pueda enfrentarse a lo que vendrá después: bochornosos momentos de pulsiones adolescentes "a tres cuerpos y cuatro voces". La frase no es mía. Que conste.
Casi todo es un despropósito en este mejunje ñoño, kitsch, hiperedulcorado y sonrojante de La invasión de los ladrones de cuerpos. Un desatino solo disfrutable por un público muy concreto que, de nuevo, amenaza con convertirse en trilogía. Que nos invadan los extraterrestres, lo tenemos merecido.
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"The Host", basada en la novela homónima de la exitosa Stephenie Meyer, creadora de la saga Crepúsculo, invade con sus extraterrestres los estrenos de cine de esta semana, en los que se verá las caras con las francesas "Incompatibles" y "La cocinera del presidente", y el humor de "Por la cara".
"THE HOST", LA SUCESORA DE CREPÚSCULO.
Tras la exitosa saga vampírica de Crepúsculo, Stephenie Meyer, vuelve a la ciencia ficción para escribir "The Host" ("La huésped"), la primera película de un trilogía que dirige Andrew Niccol ("Gattaca") y está protagonizada por Saoirse Ronan, nominada al Óscar por "Expiación".
Junto a ella, Max Irons, Jake Abel, William Hurt o Diane Kruger que encarnarán a un mundo en el que los extraterrestres han invadido los cuerpos de los hombres y solo unos pocos han evitado la extinción, con la consiguiente lucha por la supervivencia.
OMAR SY Y LAURENT LAFITTE SON "INCOMPATIBLES".
Laurent Lafitte y Omar Sy, conocido mundialmente por su papel en "Intocable" persiguen el crimen en "Incompatibles", dirigida por David Charhon y con Sabrina Ouazani ("De dioses y hombres") en el reparto de una película con formato de "buddy movie" a la francesa.
En el film, un policía de barrio que debe investigar un crimen en la zona rica de la capital, deberá unir fuerzas junto al capitán de la brigada criminal de París, encargado de esclarecer delitos financieros, para investigar la aparición del cuerpo sin vida de una mujer cerca de un local de apuestas clandestinas.
COMEDIA FRANCESA EN "LA COCINERA DEL PRESIDENTE".
Inspirada en la historia de la cocinera que trabajó para el fallecido presidente francés François Miterrand, la comedia "La cocinera del presidente" ("Les saveurs du palais"), de Christian Vincent, narra en clave de humor entre fogones el ascenso de Hortense Laborie como chef al servicio de la República.
En el filme, su protagonista, encarnada por la actriz Catherine Frot, tendrá que lidiar con los recelos y las envidias del resto de los miembros del personal de cocina para hacerse respetar gracias a sus maravillosos platos.
"POR LA CARA", UN ROBO DE RISA.
En "Por la cara", dirigida por Seth Gordon ("Horrible Bosses"), Melissa McCarthy interpreta a una mujer que roba la identidad de un hombre de negocios (Jason Bateman) cuya vida se convierte en una pesadilla cuando intenta recuperar el control y se enfrenta a la ladrona.
La comedia entremezcla el humor gracias al viaje que llevará a Sandy hasta Miami para tratar de conseguir de nuevo su nombre, captar a su usurpadora, e impedir que continúe su vida de estrella gracias al crédito ilimitado que disfruta Diana, una derrochadora de las compras.
"UNA BALA EN LA CABEZA", STALLONE EN ESTADO PURO.
Sylvester Stallone vuelve a la acción en estado puro en "Una bala en la cabeza", dirigida por Walter Hill ("The Warriors"), con un reparto que incluye a Sarah Shahi, Sung Kang, Christian Slater y Jason Momoa, entre otros.
Tras pasar por la taquilla estadounidense y el festival de cine de Roma, la película cuenta con ironía la vida de un asesino a sueldo que, tras la muerte de su socio y el secuestro de su hija, se asocia con un detective para acabar con su enemigo común.
UN DOBLAJE DE HOLLYWOOD PARA "LOS CROODS".
Nicolas Cage, Emma Stone o Ryan Reynolds son algunas de las estrellas que han prestado su voz para la versión original de la animada "Los Croods", que tiene como protagonistas a una familia cavernícola que, en su lucha por la supervivencia descubre que, aunque los cambios asustan, son necesarios para avanzar en la vida.
Dirigida por Chris Sanders y Kirk DeMicco, la cinta, rodada en formato 3D, se centra en las aventuras de Grug y Eep, un padre y una hija que tienen en común los genes pero no la forma en la que entienden las cosas, algo que les llevará, con humor, a la eterna discusión paternofilial.