La historia se ha vuelto a repetir. En menos de tres días, Écija se ha anegado dos veces. Sin lugar a dudas, el de hoy vuelve a ser un día para la historia; el arroyo Argamasilla se ha vuelto a desbordar.
Écija estaba desde el domingo en situación de pre-alerta, en previsión de las lluvias de hoy y tras la experiencia del desbordamiento del Argamasilla del sábado. Aún así, según palabras del delegado de Seguridad Ciudadana, Carlos Onetti, “esto ha superado todas nuestras previsiones”.
A las 12.50 minutos de hoy martes, la Delegación Ciudadana y Movilidad del Consistorio activaba el Plan de Emergencia, Fase I. Se procedía a desalojar los centros educativos próximos a la zona por las que discurre el Arroyo Argamasilla. A esa hora la Policía Local daba aviso mediante megafonía y sirenas a los vecinos de las zonas afectadas ante el inminente desbordamiento.
Minutos después, las alcantarillas de la calle Arroyo dieron la voz de alarma y a partir de ahí una tras otra anegaban Écija.
La situación era crítica, aún así podía empeorar…y lo hizo. Las miradas estaban puestas en la embocadura del arroyo Argamasilla, allí la balsa de agua crecía por minutos y mientras en la ciudad y en la campiña que nutre al arroyo, no paraba de llover.
A las 2.15 minutos, pasó lo inevitable, el arroyo Argamasilla se desbordó, cruzó la carretera y con una fuerza inédita comenzaba a bajar por la calle John Lennon ante la perpleja mirada de los ecijanos de la zona, que si el sábado se sorprendieron, hoy se quedaban boquiabiertos. Y es que esto nunca había sucedido en la ciudad. Cierto es que el agua del arroyo había salido por las alcantarillas y anegado en varias ocasiones la ciudad, pero nunca el Argamasilla había seguido su cauce natural con tanta virulencia.
A partir de ahí, Écija se sumió en un tremendo caos, el ruido del agua se mezclaba con el de las sirenas de alarma y con el desconcierto de los vecinos.
Vecinos, que han visto sus casas anegadas en muchas ocasiones, pero que aún así tal y como explicaba una mujer en la calle Paloma “a esto no se acostumbra uno nunca”.
La calle John Lennon, Ancha, Navajas, la plaza del Matadero y Puerta Osuna; también La Puente y la calle Maritorrija y la Victoria, la calle Coronado, la Avenida Miguel de Cervantes, la calle Cava, Padilla, el bulevar, Santiago, la calle Carmen, La Calzada, Colón y un etcétera tan largo como el curso del Arroyo Argamasilla que ayer cruzó la ciudad.
Ha habido que desalojar varias viviendas y la iglesia de Santiago y La Victoria se han visto afectadas. Hasta un metro de agua se podía medir en las calles.
Las intensas lluvias provocaban el desbordamiento del arroyo Argamasilla, los diques de contención no fueron suficiente, ni las piedras que se colocaron en la embocadura, los más de 50 litros de agua caída en la ciudad eran demasiado para un arroyo que espera su desvío desde hace años. Las obras se paralizaron en abril de 2012 y están a espera de reanudarse. El Alcalde de Écija, Ricardo Gil-Torresano, mantenía una reunión con delegado territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de Sevilla, Francisco Gallardo, una reunión de la que Gil-Torresano ha dicho salir “insatisfecho”, ya que se traía el compromiso de reiniciar las obras, pero no una fecha.
Aproximadamente el 50% de la ciudad se ha visto afectada por las inundaciones. Unos 20.000 vecinos, según la estimación del Delegado de seguridad Ciudadana.
En Écija todos los cuerpos de seguridad han trabajado a pleno rendimiento y hasta la ciudad han llegado apoyos como del Grupo de Rescate Acuático (GREA) o bomberos de la Diputación de Sevilla. El Ayuntamiento de Écija puso en marcha un dispositivo con voluntarios al que han respondido de buena manera los ecijanos y repartieron comida entre los afectados a los que también ayudaban en las tareas de limpieza.
El alcalde de Écija explicaba “este es el peor día de mi vida, pero no puedo flaquear”, así se mostraba el responsable de la ciudad que ha dicho que los ecijanos están hartos de palabras y
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