José Miguel Monzón Navarro, más conocido por su nombre artístico El Gran Wyoming, es médico, humorista, actor, director, escritor, músico... además del presentador de televisión más irreverente de los últimos veinte años en España. En una reciente entrevista, de las pocas que concede últimamente, no dudó en afirmar que cambiaría puntos de audiencia de su programa porque las cosas fueran mejor en nuestro país.
Asiduo visitante de la provincia de Cádiz y sus playas, no duda en aseverar que, por encima de todo, se siente atraído por sus gentes. El polifacético Wyoming se dispone a visitar Andalucía, de nuevo, para ofrecer un concierto en Sevilla, junto a su banda, Los Insolventes. La ineludible cita es en Sala Café del Casino (Avda. María Luisa S/N) junto al Teatro Lope de Vega el próximo viernes 15 de marzo. Tras largos años dedicados a su programa televisivo, El Intermedio, se centra ahora en la música y en el rock para deleite de la legión de fans que le siguen incondicionalmente por toda la piel de toro.
El Gran Wyoming hizo un pequeño hueco en su apretada agenda para atender telefónicamente a Viva.
Parece que le gusta el sur, ¿puede decirnos algunas razones?
–Yo pisé por primera vez las playas de Cádiz con 20 años, ahora tengo 57 y no he dejado de ir ni un solo verano por ese paraíso. En un principio fue por lo económico, se unían dos cosas fundamentales para mí en esa época, un lugar paradisíaco y además barato, a la medida de mi bolsillo en esos tiempos. Después fui conociendo a la gente de por allí y ya me enganché definitivamente. El carácter liberal, de verdad, y la personalidad de esas gentes han hecho que siga repitiendo todos estos años.
Música, cine, televisión... ¿dónde se encuentra más a gusto?
–En cualquiera de las tres, siempre dependiendo del proyecto y de lo que se haga. Lo que estoy haciendo ahora en mi programa de televisión, El Intermedio, me da la posibilidad de hacer lo que yo quiero y además es económicamente provechoso. La música me da la posibilidad de interactuar con la gente, vivir el escenario y el pálpito del público. El cine no tiene nada que ver con ninguna de las otras dos cosas, pero también me enriquece.
¿Cómo resulta trabajar con gente de otra generación en la banda que le acompaña por los escenarios, Los Insolventes?
–La juventud es esencial para el rock. Mi banda está compuesta por veinteañeros y trabajar con ellos me contagia esa fuerza y esa forma de ver la música. Me siento como si estuviera dopado, pero sin tener que consumir ninguna substancia rara.
¿Tiene una buena relación a Raimundo Amador?
–Raimundo es un fiel y habitual consumidor de las playas de la costa de Cádiz, hemos coincidido muchas veces por allí, le tengo un cariño especial. Siempre nos vemos en vacaciones, pero también en el trabajo. Cuando viene a Madrid solemos quedar para cenar, con él es fácil entenderse porque habla el idioma universal de la música. Cuando yo toco en Zahara de los Atunes él siempre se sube al escenario para compartir conmigo y yo hago lo mismo con él siempre que tengo la oportunidad. Hemos tocado juntos muchas veces, hasta en Las Palmas de Gran Canaria.
