Andalucía te la pueden contar pero Andalucía es para vivirla y no hay nada mejor que un buen fin de semana o un puente para conocer sus tesoros, escoger entre la gran variedad de destinos, sus paisajes y su naturaleza, su legado patrimonial y cultural, la calidad y el calor de sus instalaciones, las enormes posibilidades adaptadas a tus preferencias: deportes, ocio, descanso... ¿qué es lo que prefieres? Vivir Andalucía es elegir una parte de ella para disfrutarla y cualquier momento es bueno para adentrarse en un infinito mundo de posibilidades.
Entre las propuestas que puedes elegir están varias experiencias únicas para disfrutar de un viaje lleno de sensaciones inolvidables, donde encontrarás calidad en el servicio y una amplia variedad de destinos por toda la geografía andaluza para elegir, desde cultura hasta medio ambiente, sin olvidar nuestra historia, la más antigua y la no tan alegada, aprovechando al máximo los recursos de cada uno de los destinos propuestos.
La primera propuesta nos dirige a Cádiz, a la Vía Verde de la Sierra, que transita por el antiguo trazado ferroviario Jerez-Almargen, 36 kilómetros entre Puerto Serrano y Olvera en el que disfrutar de un recorrido a pie, a caballo o en bicicleta siguiendo los cursos de los ríos Guadalete y Guadalporcún, disfrutando de la variedad de paisajes y surcando por sus 30 túneles, incluido uno de casi un kilómetro por debajo del Castillo o viaductos de hasta 237 metros, con la posibilidad de alojarse o comer en las estaciones de Puerto Serrano, Coripe y Olvera.
Si la primera oferta es para los más activos, puedes relajarte en alguno de los más de 200 manantiales termales de aguas mineromedicinales con los que cuenta Andalucía, especialmente en las provincias de Almería, Granada, Jaén y Málaga y en pueblos de interior ligados desde siempre a sus aguas. Las Villas Termales tienen personalidad propia, dependen de su historia y de las propiedades de sus aguas, de sus tratamientos e incluso de la belleza de sus instalaciones: Lanjarón, Cortes y Graena, Villanueva de las Torres o Alhama de Granada, son algunas de las posibilidades, aunque también puedes escoger las de Carratraca, Tolox o Alhama de Almería.
Y aunque el tiempo condiciona la elección del destino, hay deportes que atraen sin mirar el cielo, como el buceo, porque lo que se busca es la belleza y riqueza de uno de los mejores fondos marinos del Mediterráneo, el que ofrecen las 12.000 hectáreas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Bajos sus magníficos acantilados se esconden grutas, cuevas, paredes, extraplomos, bloques y afloramientos magmáticos típicos de orígenes volcánicos y erosión marina, generadores de uno de los fondos marinos más bellos y mejor conservados del Mediterráneo, dignos de observar y a sólo un metro de profundidad. La composición rocosa y la claridad de sus agua, de hasta 18-20 metros en óptimas condiciones, lo convierte en un paraíso para el buceo contemplativo y fotográfico.
Pero si de parques se trata, quizás uno de los más variados sea el de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, un territorio en el que se unen sus productos naturales y su paisajes, sus gentes con su gastronomía, sus paisajes bañados por el río Guadalquivir y sus afluentes. Su naturaleza, impresionante y con rincones de asombro infinito, es esencial pero también ser una peculiar despensa que va desde el propio aceite de oliva extra hasta los ciervos, gamos, cabras montesas, jabalíes, conejos, liebres, perdices, truchas de las variedades común y arco iris; o la más preciada de sus carnes: el cordero segureño, que atesora historias y leyendas centenarias.
Pero si hay un destino para disfrutar en cualquier época del año es la Sierra de las Nieves, un auténtico paraíso natural a tan sólo un paso de la Costa del Sol, a escasos kilómetros de Marbella y muy cerca de ciudades como Málaga y Ronda. Este escaparate viviente, modelo de convivencia entre el hombre y la naturaleza, engloba los municipios de Alozaina, Casarabonela, El Burgo, Guaro, Istán, Monda, Ojén, Tolox y Yunquera, un modelo de turismo “ecológico cultural” que merece la pena escoger.
Disfrutar de los romanos, los bandoleros o los toros
Y si queremos historia, ¿por qué no recorrer la Ruta Bética-Romana? Tan inmensa que podemos elegir entre el estómago (el aceite cordobés o la almadraba gaditana) de aquella Vía Augusta que recorría Andalucía o directamente ese legado impresionante que se mantiene en Santiponce (Itálica) o en Tarifa (Baelo Claudia), las dos puertas romanas en Carmona o el teatro de Claudio Marcelo en Córdoba, los museos de Cádiz o Écija, las villas romanas de Fuente Álamo (Puente Genil) o el Ruedo (Almedilla) o disfrutar con el Castillo de Almodóvar o el casco histórico de Montoro. Son sólo pequeños ejemplos de una ruta que incluye hoteles y establecimientos únicos y muchos con una gastronomía particular.
Más específicas aún son la ruta taurina de Manolete al Cordobés, aconsejable si quiere adendrarse en el mundo de la tauromaquia entre Villa del Río y Palma del Río, y la de las Tierras de José María El Tempranillo, adentrarse en el fenómeno del bandolerismo romántico en el vértice entre las provincias de Málaga, Córdoba y Sevilla.
Destacan también los vestigios históricos marcados por las batallas épicas libradas en Jaén y que se pueden rememorar gracias a la ruta de los Castillos y Batallas de Jaén, uno de los territorios europeos con mayor número de castillos, fortalezas, torres y atalayas.
Y más específica aún, mezclando cultura e historia, es la ciudad de ópera que nos ofrece Sevilla, que ha hecho que uno de los destinos turísticos más consolidados de España se convierta ahora en un gran teatro, un gran escenario de grandes personajes que cautivaran e inspiraran a los grandes autores del Siglo de Oro: Verdi, Donizetti, Bethoven, Bizet y Mozart se fijaron en su duende para hacerla protagonista de sus grandes creaciones.