Enamorado

Podría decir aquí, para rellenar adecuadamente este espacio semanal en el que me encuentro con ustedes, lectores y amigos, que estoy enamorado de Rota. No mentiría, desde luego, y sabéis bien que tampoco me faltarían razones para ello.

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Podría decir aquí, para rellenar adecuadamente este espacio semanal en el que me encuentro con ustedes, lectores y amigos, que estoy enamorado de Rota. No mentiría, desde luego, y sabéis bien que tampoco me faltarían razones para ello, máxime en la cercanía de fecha tan señalada como este 14 que siempre nos sorprende con el paso cambiado a caballo entre plenos carnavales y las expectativas de cenizas varias. Rota me enamoró hace ya seis años y sigo prendido de sus encantos como un pipiolo que vive las primeras alegrías de su corazón emergente en el terreno social de juego.

NI faltaría a la verdad si me declaro públicamente enamorado de esa compañera mía a la que tuve la perspicacia de arrimarme hace más de veinte años y con la que comparto cuanto soy desde entonces y hacia adelante. Quienes nos conocen lo podrían atestiguar si hiciera falta, aunque realmente creo que no la hace porque basta con mirarme a la cara para darse cuenta con toda claridad de esta pasión por ella que reconforta mis viejos huesos.

Podría aseverar también, sin duda alguna, mi reciente explosión de amor desmesurado por las lentejas con arroz con que me obsequia mi chica de cuando en vez, el apasionamiento por la justicia y el derecho que comparto con tantas buenas gentes de esta localidad con quienes fabrico una revolución pacífica y profunda cada mañana o el sentimiento hermoso que me embarga cuando recibo novedades de mis hijos lejanos.

Todos mis amores son sin duda importantes, incapaz como soy de ordenarlos por prioridades salvo para disfrutar de ellos sin medida, pero debo confesar que hay un sentimiento capaz de reunir a todos esos amores, de resumir su grandeza y de sintetizar cuanto acabo de contaros.

Es eso que ocurre, siempre, cada vez que florece una gardenia de las que me regaló mi amada.

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