Cuando uno viaja por la Suiza francófona, la Suisse Romande, siempre tiene tendencia a visitar las grandes ciudades como preferencia principal. Creo que es algo natural, porqué siempre que se visita un país, se sigue una especie de protocolo tácito en el que las principales ciudades se llevan las primeras visitas. Suiza no escapa a estos protocolos, que, cuando un país se explora en mayor profundidad, se manifiestan del todo injustos. Entre Ginebra y Lausana, y casi a la sombra de la última, Morges, con más de siete siglos de historia, es uno de los pequeños tesoros que el lago Leman esconde.
Situada en La Côte -“La Costa”- del cantón de Vaud, una denominación vinícola que llega hasta Nyon, Morges es una pequeña ciudad de corte mitad marinero mitad medieval, un aspecto, el primero, que no debería sorprenderle ya que el lago Leman, en la historia local, siempre ha cumplido las funciones de pequeño mar. La sencilla estructura del centro de Morges hace que sea muy agradable su visita. Como en pequeñas capas paralelas al lago y desde éste, la primera calle que encontramos es el muelle, un muy muy agradable y tranquilo paseo que transita junto al embarcadero de Morges, puerta de embarque a otras ciudades de lago en el transporte público naviero.
El puerto
El puerto de Morges, hoy convertido en un placentero puerto deportivo, fue en el siglo XVII el puerto comercial más importante de la región, sobre el lago Leman. A día de hoy, una buena sugerencia que le puedo hacer es que tome alguno de los barcos que recorren el lago y en los que es posible almorzar o cenar. Entre ellos, La Liberté, la única galera en funcionamiento en el mundo y originaria del espledoroso siglo XVII vaudois, sigue surcando las tranquilas aguas del Leman.
La Grand Rue es sin duda el corazón de Morges, una ancha calle peatonal donde se concentran la mayoría de comercios y establecimientos hoteleros. Mi recomendación en Morges es el Hotel de Savoie, un hotel familiar de dos estrellas con un buen restaurante cuyo cocinero prepara unos exquisitos pescados de lago y cuya bodega atesora para el paladar un agraciado vino blanco local para degustar en abierto o en botella. Morges me gusta porqué es una pequeña ciudad con su propia vida, su ritmo y su personalidad. Una buena prueba es que la ciudad cuenta con su propio rotativo, Le Journal de Morges, un semanario con años de tradición periodística que ocupa un emblemático edificio frente a la iglesia de Morges al inicio de la Grand Rue -lado Lausanne-.
La Grand Rue es especialmente animada las mañanas de miércoles y sábados, día en que toda la zona peatonal es invadida por un efímero mercado de día en que los productores locales venden sus productos. El Castillo de Morges, en la otra punta de la Grand Rue, es sin duda el más majestuoso edificio de la ciudad. Construído en 1286 por Luis de Saboya, el castillo dio también nacimiento a la ciudad de Morges. En la actualidad, el castillo alberga tres museos: el Museo Suizo de la Artillería, el de Figuras Históricas de estaño y el de la Gendarmería Vaudoise; a este último, le propongo una visita en profundidad, vale la pena.
En el corazón de la Grand Rue, en el número 54, podrá visitar el museo Alexis Forel, una exposición permanente centrada en el patrimonio histórico de la ciudad que ocupa una antigua mansión del siglo XVI, y sólo por este último detalle, ya es más que recomendable visitar e museo. Primavera es una buena época para conocer esta pequeña joya suiza, aparte de un clima menos severo que en invierno y con menos turistas que en verano, Morges se viste de tulipanes gracias al Tulpenfest, un festival de temporada en que la flor holandesa de origen turco decora todo el casco urbano. Primavera es también un buen momento para tomar el tren BAM, una línea local cuyos trenes, de color verde, unen las localidades de Biére, Apples y Morges (de ahí las iniciales de esta línea).
Entre los diferentes trayectos que puede tomar, el destino de Vufflens le Chateau le permitirá admirar uno de los mejores y mejor cuidados castillos del interior a través de un itinerario que recorre varios kilómetros del viñedo de La Côte, una denominación que cubre la mitad de los viñedos de Vaud. Morges, con más de 600 Ha, es el principal productor de vino en la región y productor de más de 200 “crus” excepcionales cuya materia prima, entre más de 30 tipos diferentes de uva, es la cepa Chasselas. En Morges y alrededores hay más de 30 “caves” -bodegas- que se pueden visitar y que, por supuesto, ofrecen la posibilidad de degustar y comprar vino. En Morges, además de algunas compras, visitas a castillos, paseos en el y junto al lago, podrá comer bien. Haga una parada en Morges, le sorprenderá muy gratamente.
Información práctica
Cómo llegar En avión hasta Ginebra. Una vez allí, tomar un vehículo de alquiler y seguir los pasos del artículo “Siguiendo el Lago Leman”
Dónde dormir En Morges no hay muchos hoteles, pero una recomendación “equilibrada” por precio y calidad es el hotel de La Nouvelle Couronne. Un tres estrellas en la calle peatonal
Oficina de turismo http://www.morges-tourisme.ch/ Accesible en inglés, francés y alemán. Información completa, estructurada y fácil de obtener. Está hecha por suizos, así que es perfecta
Dónde comer En el restaurante del hotel de Savoie si busca autenticidad y una buena despensa. O bien en el restaurante del hotel Montblanc au Lac si además, quiere probar el mejor Malvasía de Suiza
Cómo moverse Aparque el automóvil y camine por las calles y los muelles de Morges. Es un ejercicio encantador