Siempre pierdes, Jerez

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La verdad es que la vorágine informativa que sacude estos días a la ciudad en relación a la presunta trama o escándalo urbanístico no deja indiferente a nadie. Quizás sea por la hasta ahora escasa información trascendida por los medios de comunicación o por lo que uno –en un sano y libre ejercicio de reflexión– alcanza a imaginar o sospechar, lo cierto y claro es que en esta partida de poker, tute subastado o mus a la que nos han invitado nuestros queridos políticos (los que están ahora y los que en su día anduvieron con la res publica) todavía no podemos conocer cuánto de verdad y cuánto de farol hay en todo esto.

Y a uno como ciudadanito de a pie que es y se siente, le asaltan varias y sugerentes dudas: ¿Por qué ahora en este momento y no cuando la alcaldesa tomó posesión de su cargo como presidenta de la Corporación, o al poco tiempo, creo que hace al menos ya de esto tres años? ¿Se ha estado en este tiempo recopilando información? O a lo largo de los dos primeros años de gobierno como alcaldesa, los intereses políticos del partido hacían inviable cualquier maniobra de acoso y derribo a quien garantizaba la estabilidad del gobierno, a pesar de los pesares y de las tensiones? ¿Qué ha ocurrido en todo este tiempo, desde la victoria socialista por mayoría en la ciudad, para que la alcaldesa y su equipo de gobierno se aventuren a destapar lo que muchas veces se ha intuido, sobre todo en la última etapa de gobierno anterior? ¿Es una manera de ponerse los cuernos antes de que se los pongan dada la coyuntura económica actual? ¿Es sólo el anuncio de la vuelta de Pacheco a la escena política, posteriormente desmentida, lo que genera todo este revuelo y cruce de denuncias o por el contrario hay otros datos más sabrosos que se nos ocultan a los ciudadanos? ¿El descalabro electoral que sufrió en las pasadas elecciones el anterior alcalde –inesperado, por cierto, para él– hizo inviable poder recomponer algunas piezas del puzzle político que bien pudieran no encajar demasiado bien? ¿Hay algún perjudicado directo en toda esta historia que haya sido abandonado a su suerte y ande esgrimiendo la espada de la vendetta al más puro estilo calabrés?

Sea como fuere, todos estos interrogantes esperemos que los aclarare la justicia si, lo que nos es de extrañar, las partes no terminan alcanzando de por medio algún secreto u oscuro pacto cuando empiecen a aflorar los documentos y testimonios de partes y perjudicados.

Uno va ya siendo perro viejo, escéptico y descreído por naturaleza y por profesión. El corazón se inmuniza frente a tanto escándalo y tropelía. Y ya ven lo que tenemos: una ciudad abandonada a su suerte más de veinte años por unas siglas que ahora reclaman justicia cuando se olvidaron sistemática y políticamente de otra justicia para los jerezanos que siempre estuvieron en el mismo sitio, a pesar de que legítimamente votaban a otras siglas políticas. Por eso, sinceramente, desde una perspectiva política no entiendo ahora que se ponga toda la carne en el asador para hacer una limpieza en la que a lo mejor hay hasta daños colaterales.

Ahora bien, en clave ciudadana, que los tribunales de Justicia hagan su trabajo y ayuden al sistema a higienizar el ambiente. Que falta nos hace. Y si no, miren en la prensa. Diariamente algún político, del signo que sea, en el ojo del huracán. No me cansaré de decirlo, son los manos muertas del siglo XXI. ¿Hasta cuándo? Mientras, Jerez siempre perdiendo.

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