La polémica saltó el pasado viernes, 6 de febrero, tras la reunión mantenida entre la directiva del centro y varios representantes del AMPA del mismo, donde se propuso que, una vez comenzasen las obras de remodelación del colegio, los alumnos de Infantil (área que se verá afectada por las nuevas construcciones) pasasen a recibir sus lecciones a las clases que actualmente ocupan Cuarto, Quinto y Sexto curso de Primaria.
Por tal motivo, el colegio tendría que hacer un desdoble en sus clases, y al no contar con espacio suficiente para la instalación de aulas prefabricadas en el patio, estos tres cursos tendrían que acudir al centro educativo por la tarde, en horario de 15.00 a 21.00 horas, para continuar con sus enseñanzas obligatorias.
Sobre este hecho informaba a este medio la presidenta del AMPA del Federico Mayo, Andrea Lazo, quien se mostró resignada “ya que no nos quedaba otra solución y las obras en el colegio son más que necesarias. Suponen una mejora y acondicionamiento que el centro necesita como agua de mayo y que, de hecho, se encuentran recogidas en el tercer ejercicio del Plan Mejor Escuela”.
cierre de pasillos para aulas
Tras la repulsa a las clases por la tarde de numerosos padres, AMPA y dirección del Federico Mayo volvieron a reunirse ayer para tratar de buscar una vía de solución a fin de que el desdoble de aulas no sea necesario.
En este sentido, y con la filosofía de que “si hace falta cerraremos pasillos para que los alumnos den sus clases en los mismos”, Andrea Lazo afirmó que se va a presentar una nueva alternativa de ubicación de alumnos. Ésta consistiría en transformar en aularios salas antiguas del colegio o de usos comunes de tal manera que la clase de música, la de idiomas, la educación física y la sala de profesores se usen para ubicar allí a los alumnos de Infantil, trasladando todo su mobiliario.
De esta manera, los mayores permanecerían en sus clases, aunque durante las obras “no hagan gimnasia y el colegio se apriete en general”, concluyó Lazo.
Brenes recibe hoy al AMPA y dirección
Pese a que las obras de la segunda fase están por comenzar, aún están pendientes de finalización las de la primera, motivo por el que los 420 alumnos del colegio Federico Mayo estuvieron la semana pasada sin acudir a clases por peligro de derrumbe del muro que rodea al centro. Sobre este asunto, la Delegación Provincial de Educación, que dirige Manuel Brenes, mostró su disconformidad ya que “no se pueden exigir mejoras negándoles a los niños su principal derecho, el de la educación, y no llevarles a clase”.
Una vez que ayer volvieron los alumnos a la rutina diaria escolar, Manuel Brenes hizo saber tanto al AMPA del centro como a la dirección que en la mañana de hoy les va a recibir en la sede de Educación de Cádiz para “solucionar cualquier conflicto”.
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