La multinacional Rodamco, explotadora del complejo comercial de Bahía Sur, tiene más que difícil ampliar las instalaciones actuales a través de un entendimiento con la mercantil Protinsa que engloba a los propietarios del club La Salina, entre otras cosas por la racanería de la empresa francesa y por la falta de concreción a la hora de intentar siquiera llegar a un punto de partida en las negociaciones.
El último contacto que han tenido las partes fue el mes pasado y a título protocolario, para conocer a la nueva junta directiva de Protinsa ahora presidida por Ramón Vigara. Y si bien no se habló de cifras ni de intenciones, es precisamente eso lo que hace indicar que el principal problema que se encuentra para algún acuerdo es la falta de concreción de la explotadora del complejo.
Según ha podido conocer este periódico por socios de Protinsa, lo que se ha pedido a la empresa francesa, dejando claro que sin ningún compromiso por parte de los propietarios del Club La Salina, es que presenten una oferta por escrito que no sea la de hacerles un club nuevo, “porque un club ya tenemos y estamos muy bien aquí”.
A lo que se refieren los consultados por este periódico es a que presenten la verdadera oferta que tenían antes de aparecer la crisis económica, que no era otra que hacerse con el club para ampliar el complejo con la mitad del terreno, dejando los aparcamientos en la delantera y en dos o tres plantas subterráneas.
Esa es la propuesta que los propietarios saben que quería hacer en algún momento Rodamco y así lo comunicaron a este periódico a principios de año, aunque ya dudan de que se vaya a seguir adelante. El motivo principal es que las condiciones económicas han cambiado y las inversiones que supondrían poner en marcha la ampliación, presumiblemente no son factibles en estos momentos. De ahí que Rodamco no quiera romper relaciones, pero nada más.
contraprestaciones
Por otro lado, la ampliación de Bahía Sur, además de la racanería de la firma francesa, es menos factible si se le obligara a cumplir con una de las condiciones que exigían los andalucistas para remodelar el estadio actual; esto es, construir otro nuevo en terrenos de los polvorines, en Dominio Público Marítimo Terrestre una parte, lo que tampoco es factible.
No es presumible que el equipo de Gobierno bipartito dé el paso una vez aprobado el PGOU para cumplir la promesa electoral del PA, sobre todo teniendo en cuenta que las pérdidas en el comercio tradicional del centro de San Fernando serían cuantiosas para los comerciantes y cuantiosas para PA y PP a nivel electoral.
Y por otra parte, el comercio tradicional -con el apoyo del PSOE- no va a permitir sin hacérselo pagar con sangre a los que se atrevan, que una vez más los engañen como hizo en el 92 Parques Urbanos, obviamente con la connivencia de los andalucistas liderados por Antonio Moreno.
Lo único que queda es ampliar por los 40.000 metros que marca el PGOU, pero ni PA ni PP se atreverán a mover ficha hasta después de las elecciones de 2011. Y entonces lo mismo no pueden mover ninguna ficha.
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