Los Que Mueren por la pipa de la Paz... de la Pepi, de la Paqui, de la Pilar
Toma la salida en primer lugar el coro de Valdés y Guimerá, que se han pasado a la acera del bollo, “cuando llega el verano, nada de helados, frigodedo del tirón”. Las lesbianas de febrero declaran sus gustos, “muero con una coñeta, con lapas de pelo y un buen ostión, pero soy lesbiana, no mariscón”. Tango a la lesbiana, “pongo la mejilla si en algún momento te faltara, pero si me ves con mi novia por la calle, por tu mare, no te la intentes ligar”. Tango a la sentencia del juez Calamita, que impedía a una pareja de lesbianas inscribir al hijo de una de ellas como hijo de las dos, “porque madre no hay más que dos”. Cupletazo al cuplé original que tenían preparado, “pero el tornado se lo ha llevao”. Estribillo metido en harina de otro costal: “No como nada de pan, ni dulce, ni manolete, pero me muero por un molete”. Popurrí camionero con cuarteta dedicada a los mostradores que no son barras de bar, precisamente: “Mostradores con un blanco suéter, que en vez de pezones, se marcan dos coloretes”. Con el twist de la lesbiana cantan a Mariví, su monitora de aerobic, “que cuando te agachas, muero con tus labios en mi nariz”. Despedida cariñosa, “que pare la crisis que ya es Carnaval, que Cádiz va a reventar”.
Venimos con lo puesto
Una docena de maniquíes sevillanos y chirigoteros cantan en época de rebajas a Cádiz y su Carnaval: “No hay mejor escaparate que cantar en este teatro. Para mí es un orgullo sentir que soy algo tuyo cuando llegan los carnavales”. Cantan a su mujer, que lo tiene harto de sexo, “el otro dí entré en el Don Tico y pagué tres euros por un abrazo”, cuplé que rematan con “por no moverme me pagan un buen un salario, clavaíto a un funcionario”.
Un As en la manga de Dios
Desde Valverde del Camino llega a cantar esta comparsa con tipo de fantasía y mezcolanza, entre sastre y quijote cuya lanza en astillero es una enorme aguja hilvanada. Cuplés de castillos en el aire.
Las Minidesnatadas de Pascual
Juanlu Cascana llega desde el hospital de San Rafael con su grupo de enfermeras preparadas para manifestarse, “aunque sea una clínica privada no estamos dispuestas a enseñar nada”. Lo que está claro es que lo tenían fácil, “no hemos hecho pasacalles, sólo tuvimos que cruzar la calle”. Las vendas lerendas afirman que siempre cantarán en la Plaza y en La Viña, “no nos vamos por ahí a cantar por dinero, pero no sabemos qué puede pasar si nos llevamos un primero”. Cuplé a la exhibición aérea que hubo desde la Victoria hasta La Caleta, en la que la gente sólo miraba para arriba y nadie gastaba un duro, hasta que un vendedor de papas gritó: “Vendo collarines”. Estribillo de lo más reivindicativo: “Pascual satirón, queremos un pantalón”. El popurrí esterilizado tiene hueco para Humberto Janeiro, “el tigre de Ambiciones no quiere que llevemos pantalones”. ¡Ole!
La Secta de los Carapapas
La comparsa d e los hermanos Márquez Mateos defienden su primer premio del pasado concurso con esta secta, en cuyo credo, “no existe fruta prohibida y no se reza, se canta”. Se presentan sin ofrecer vida eterna y sí “gloria bendita, sígueme y te ofrezco el reino de La Tacita”. Pasodoble al Carnaval en Madrid, “que lo salvaron las agrupaciones, “le sobra un pobre concejal y hasta la alcaldesa porque no están al la altura de la Fiesta”. Segundo al niño del Franquismo separado de su familia y que ahora busca a los suyos, “busco los restos de mi padre para que descanse en paz junto a mi madre”. Popurrí de misa carnavalesca en el que hablan de Cádiz, en la que “te cambian trabajo por cursillos, ya luego nos quitaremos el hambre con papelillos”. En el salmo maldicen y bendicen a partes iguales, “bienaventuradas las chirigotas ilegales, porque de ellas será el reino de la calle; malaventurado el que nada dice y además, se contradice”. Proponen un exorcismo para quienes tienen carnavalitis o carnavalismo y dicen amén para captar adeptos, “ven a la secta, que las puertas están siempre abiertas”. ¡Ole!
Más vale pájaro en mano que ‘patá’ en la cara
Tras el descanso le llega el turno a la chirigota local de trabajadores de un parque temático de loros llamado Cai Park y que cantan un cuplé a la fecundación in vitro, “yo estoy harto de pajotes y mi mujer se ha invitrado a todo el bloque”. ¡Jiu! Porpurrí de retos y retahílas, de pájaro en mano y sin patá.
A flor de piel
Luego toma las tablas esta comparsa deRonda llena de emociones a flor de piel, con tipo de fantasía con enormes sombreros de copa y copla y que cantan a Cádiz, “mi día a día es un saco de coplas, entre comparsas y chirigotas”.
Los corredores de bolsa
Esta chirigota procedente de la costasoleña localidad de Torremolinos sale a escena para cantar su repertorio con tipo de viejos aquejados de síndrome de Diógenes, “y si no te gusta, pues una mierda... para mí”. A los brokers de bolsa de basura les cantan en su popurrí las cucarachas que hay en su casa, “dame veneno que quiero morir, dame veneno”, Pues eso.
La ciudad de la alegría
La colorista comparsa de Rota, con tipos que abarcan toda la paleta cromática, cantan a su ciudad, “que no existe en los mapas y que lleva por bandera la alegría”. Pasodoble dedicado a un amujer con cáncer, a la que “le da fuerzas febrero para luchar”. Se despiden anunciando que en su ciudad “no caben los agonías que solo viven para trabajar”.
Los malos maléficos
Cierra la sesión la chirigota mixta de Cádiz son tan malos que “secuestraron a Teo hace cuatro años y todavía nadie ha pagado el rescate”. Cubiertos con capas de torear y con calzoncillos fucsia a la vista, se declaran responsables “de que bajara el Cádiz , pero no soy responsables de que en la pista de hielo de San Antonio se pueda nadar”. Cuplé al cambio climático, “se derriten los polos y los esquimales están más morenos que Chayanne”.
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