Los efectos de la niebla del cuerno de Avalon, que el Sr Ministro está utilizando en su intento de producir la séptima ley orgánica de la Educación en algo más de 25 años, ya se dejan sentir. Pueden ser externos e internos. Un desvaimiento, vértigo, delirio, un sopor por el esfuerzo de mirar y nada ver, incluso la lipotimia, pueden apoderarse de la persona que de forma franca pretenda comprender el verdadero alcance de este proyecto de nueva ley. Por otro lado la desazón de aquello que poco augura de bueno, más bien huele a caduco, enmohecido, anquilosado, genera en familias y personas dedicadas a la educación, una gran intranquilidad y desanimo ante la callada por respuesta que el Sr Wert da al clamor ciudadano expresado en calles y plazas.
Esta situación provoca que desde una de nuestras islas, que bien podría compararse con la legendaria Avalon, de la mitología celta, donde, según la leyenda, los manzanos dan sabrosas frutas durante todo el año, nos llega este revolucionario “fármaco”, que sin duda aliviará los síntomas antes descritos, produciendo el necesario aumento de la energía precisa para evitar daños mayores a la ya maltrecha educación española. ¡Presentamos!, ¡llegado directamente de las Islas Canarias!, AntiWert compositum Grageas, contra efectos nocivos del síndrome Wert. Reduce la ansiedad y estimulan el entusiasmo para seguir adelante contra recortes y retrocesos. En su envase aparece claramente explicitado: Mantener a Wert lejos del alcance de los Niños.
En su prospecto aparece un texto de Pablo Coello, que por prescripción médica debe ser leído antes de ingerir cada gragea: “Existen derrotas pero nadie está a salvo de ellas. Por eso es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños que ser derrotados sin ni siquiera saber por qué se está luchando”.
Viene a cuento citar la canción de Ketama: “No estamos lokos que sabemos lo que queremos vive la vida igual que si fuera un sueño”. Porque sólo el que sueña puede percibir más allá de la realidad y en estos momentos es urgente mirar más allá de un presente que nos atosiga y que impele al cambio. Pero ojo con lo que se cambia porque podemos tocar lo que deberíamos proteger y conservar para aquellos que nos preceden. Una buena Educación no se improvisa y mucho menos se consigue desandando lo andado. Si nos escuchara el Sr ministro le diríamos. ¡Paciencia Sr Wert!, le toca pasar por el ministerio de manera callada y laboriosa, porque como el Sr Rajoy le decía a Arturo Mas: En estos momentos importa encontrar soluciones a la crisis económica. Fdo. Rafael Fenoy Rico Comunicación Enseñanza CGT
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