A través de un comunicado del Bufete Osuna, en manos de quien han puesto el caso, los familiares han querido subrayar que el fallecido no fumaba y que fue otro anciano el que generó el fuego.
Los descendientes del anciano están indignados porque no alcanzan a comprender el porqué se permitía fumar en dicho centro para la tercera edad o no se controlaba a los ocupantes de la residencia en este aspecto, es decir evitar que se fumara en el centro en cuestión.
Van a pedir muchas pruebas de testigos, tales como declaraciones de los que estaban de guardia, monitores, auxiliares, técnicos, vigilantes, bomberos, policías, residentes, médicos, etc., etc.
Igualmente se solicitarán informes técnicos a la policía, bomberos y otros, así como las normas de seguridad de la residencia, plan de emergencias y otros documentos.
La familia del fallecido, que actúa defendida por el abogado Fernando Osuna, sostiene que “no es de recibo que haya tanta tolerancia, relajación o pasividad en el funcionamiento y seguridad en la residencia”.
Asimismo, “censuran mucho los familiares que no se aplicase el plan de actuación frente a incendios”.” Que no funcionasen las Alarmas y detectores existentes para el servicio de vigilancia o atención permanente pueda actuar en caso de emergencias”. Por todo ello, quieren saber “qué medidas fueron adoptadas el día de los hechos para detectar el fuego en la habitación del fallecido”. Así como “el tiempo transcurrido entre inicio del fuego y la detección del mismo por el personal adecuado y el tiempo transcurrido entre inicio del fuego y la llegada de auxilio a la habitación del fallecido”.
También van a pedir las normas disciplinarias o sancionadoras para los residentes en la residencia en cuestión.
Del mismo modo, solicitan conocer las medidas eficaces que existían en las habitaciones de la residencia para evitar que se fume en las mismas y las medidas adoptadas en el caso para evitar conductas tendentes a crear fuego así como el personal dedicado a controlar a los ancianos, de día y de noche.
La familia ya habían anunciado horas después del suceso su intención de demandar al centro por una supuesta negligencia. Los familiares del anciano, se mostraban “indignados” y así lo mostraban a través de las redes sociales y a través de los medios de comunicación, manifestaciones en las que explicaban no entender lo sucedido en torno a la muerte del hombre.
La primera cuestión en la que se mostraban confusos los miembros de la familia, hace referencia al hecho de que sólo tres profesionales estuvieran presente la noche del siniestro en la residencia al cargo de 175 personas, según afirman fuentes familiares.
Otro de los interrogantes que la familia quiere descifrar es el motivo por el que no se le permitió ver el cuerpo del hombre. En la familia también se sienten sorprendidos por el hecho de que el cuerpo estuviera “calcinado”, cuando según los forenses consultados por ellos mismos para que esto suceda deben pasar más de 15 minutos.
Pero el principal motivo de queja para los familiares tiene que ver con que se permitiera fumar dentro del centro y sobretodo en las habitaciones, además aseguran que precisamente esta queja ya se la habían trasladado al personal de la residencia en varias ocasiones, y en eso se centrará también parte de la demanda efectuada por el abogado.
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