Algo tiene el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), cuando en tiempos de atonía es capaz de movilizar a tanta gente tanto tiempo, y sobre todo, enardecer al personal con discursos y con proclamas de corte revolucionario y popular que muchos daban por enterrados o califican despectivamente de desfasados.
Algo tienen y lo demostraron este miércoles una vez más, cuando llegaron al corazón de la capital onubense tras dos días de marcha por tierras de Huelva, y reunieron allí no sólo al centenar de caminantes, sino también a varios centenares más de onubenses que se sumaron gustosos a las peticiones de tierra, trabajo, igualdad, paz, educación, y toda la necesaria retahíla de derechos fundamentales y semienterrados, amen de reclamar una vez más, que cesen los desahucios de quienes menos tienen.
Aunque el día no había comenzado todo lo bien que debiera, ya que a su paso por Gibraleón se produjeron incidentes cuando los activistas del SAT intentaron ocupar una sucursal bancaria, donde se produjeron siete detenciones, si bien, los afectados fueron puestos en libertad con cargos, según indicaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno, imputados, eso sí, de delitos contra el orden público y desobediencia a la autoridad, por decir algo.
El buen orden, en cualquier caso, ha sido la tónica de la marcha que ha pasado estos días por San Juan del Puerto, Moguer, Trigueros y Gibraleón antes de culminar ayer en la capital onubense. La marcha ha puesto fin a las realizadas por toda Andalucía estos meses por el SAT, y que han concluido, de momento, en Huelva, donde tanto Diego Cañamero como Juan Manuel Sánchez Gordillo inflamaron a los asistentes con discursos revolucionarios, de esos que dejan un pellizco en alguien que tenga medianamente algo de conciencia social. Algo tienen también ambos líderes sindicales y políticos, cuando finalizado el acto, y como si de los propios Messi y Ronaldo se tratara, la gente acudió a rodearlos para hacerse con ellos fotografías de recuerdo.
Más allá de la habitual soflama con llamamiento a la unidad de los trabajadores y de los pueblos y la denostación del ya de por sí denostado capitalismo actual, destacaron las palabras de Cañamero cuando señaló a banqueros y gobernantes complacientes como los culpables de la situación económica de Andalucía, y del desbocado aumento del número de parados (cargas contra la reforma laboral del PP). Y es que para el SAT, “lo principal es poner la Economía al servicio de las personas, que son las que hacen que la Economía funcione, no perder la fe y la esperanza”, y de camino, acudir a la huelga general del 14 de noviembre, que apoyaron rotundamente.