Andalucía

Piden 25 años de prisión para el presunto asesino de su esposa en Alhama en octubre de 2010

Hechos por los que será enjuiciado por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Granada a partir del 30 de noviembre

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La Fiscalía de Granada ha solicitado un total de 25 años de prisión para Mohamed E.B., de nacionalidad marroquí, por presuntamente asesinar a golpes a su esposa en el domicilio que ambos compartían de Alhama de Granada en la mañana del 11 de octubre de 2010, hechos por los que será enjuiciado por un jurado popular en la Audiencia Provincial de Granada a partir del 30 de noviembre.

   Se le atribuye un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y el fiscal pide también para él el pago de una indemnización de 300.000 euros para sus tres hijos menores de edad, que, tras lo ocurrido, quedaron a cargo de los tíos de la víctima. El hombre, sin antecedentes penales, se mantiene en prisión provisional desde el 13 de octubre de 2010.

   Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, fue sobre las 8,00 horas de aquel 11 de octubre de hace dos años cuando el acusado, que tenía tres hijos menores de edad con su mujer, Fatiha E.K., de 37 años, inició una discusión con ésta motivada por el hecho de que ella estaba preparando un nuevo domicilio que le había sido concedido en régimen de alquiler y gestión municipal, al que tenía previsto trasladarse en compañía de los niños.

   En el transcurso de esa discusión, el procesado, "con intención clara de acabar" con la vida de su esposa, se situó por detrás de ella "de forma sorpresiva" y la inmovilizó, agarrándola fuertemente del pañuelo que portaba anudado al cuello para que no pudiera moverse ni defenderse.

   Después, usando una pata de hierro de cama, cuadrada y hueca, comenzó a golpearla en la cabeza "de forma indiscriminada" empleando una gran fuerza y propinándole un total de 17 golpes. Según considera el fiscal, "pretendió aumentar deliberada e inhumanamente el dolor y el sufrimiento de la víctima", dado lo prolongado de su acción y el medio empleado.

   Una vez finalizada la agresión, el hombre se duchó y se cambió de ropa dejando la vestimenta que portaba y que se encontraba manchada de sangre en el interior de la lavadora, saliendo a la calle a comprar tabaco en un estanco cercano. A su regreso, desde una cabina telefónica, avisó a la Guardia Civil.

   Según la autopsia realizada a la mujer, las lesiones que le ocasionaron la muerte fueron los múltiples politraumatismos sufridos en la cabeza y parte de la cara con la pata de la cama. Por su parte, el inculpado, según peritación médico-forense, no tenía alteración en sus capacidades intelectivas o volitivas que no le permitieran comprender la ilicitud de los hechos que se le imputan ni actuar conforme a ese entendimiento.

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