Los problemas para financiar las becas del programa universitario de intercambio Erasmus anunciados por la Unión Europea, sumados a la confirmación oficial de que el Ministerio de Educación ha reducido más de la mitad su dinero para este programa en los Presupuestos Generales de 2013, han provocado una oleada de reacciones en todos los agentes implicados. Se han pronunciado casi todos, pero a estas alturas todavía hay mucho desconocimiento sobre cómo es la rutina de un ‘erasmus’ en su destino y cómo se las apaña para llegar a fin de mes, porque el dinero no les llega por adelantado ni mucho menos. Información Jerez recopila el testimonio de dos jóvenes jerezanos que cursan sus estudios en Kiel, al norte de Alemania, con una beca Erasmus, donde no son ajenos al revuelo que han provocado las últimas noticias y en los que no ocultan su preocupación.
Laura Villarreal Muñoz tiene 20 años y cursa un Grado en Administración y Dirección de Empresas (Facultad de Jerez). Aterrizó en Alemania el pasado 4 de septiembre y estará 10 meses. Hasta el momento lo ha costeado todo y tiene claro que tener la opción de beneficiarse de este programa “no es barato” sobre todo si, como en su caso, se viene a un país con un nivel de vida muy alto. “De alojamiento pago 273 euros al mes, ahí van incluidos los gastos de luz, calefacción, agua e internet. Para el transporte he tenido que comprar una tarjeta semestral de 120 euros, además hay que pagar un mes de fianza en la residencia, más billete de avión y comida. Todo el dinero hasta ahora lo he tenido que sacar de mi bolsillo, ya que por ahora no nos han pagado absolutamente nada”, explica.
En una tesitura similar se encuentra su compañero Daniel Fernández Fajardo, de 22 años, que cursa quinto de Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas en Kiel. Aunque el norte de Alemania no es uno de los destinos Erasmus mas caros, y la habitación en residencia normalmente supera por poco los 200 euros, son necesarios al menos 600 euros o 700 euros por mes, puesto que la mayoría de los días es necesario comer fuera, en la universidad, que se acaba convirtiendo en nuestra segunda casa”. Estas últimas semanas, las noticias contradictorias sobre la continuidad o no de las becas Erasmus de las que ambos están al tanto, han corrido como la pólvora, pero los estudiantes jerezanos intentan ser optimistas aunque con la lógica inquietud que les supone las últimas informaciones.
“Espero que no haya problemas este año, ya que la Junta de Andalucía sí se ha comprometido ya a pagar la parte de la beca que le corresponde. Entre ese dinero y el que yo pueda aportar, espero poder completar el curso”, señala Laura. Y es que los verdaderos problemas se presentan para el próximo, si bien al ser su estancia de 10 meses ninguno de ellos llega a estar tranquilos del todo. “Después de todas las noticias que salieron y están saliendo en la prensa, y que nos tiene a todos los Erasmus preocupados, hemos recibido un correo desde la Universidad de Cádiz tranquilizándonos y diciéndonos que percibiremos el dinero sin problemas”, explica la joven. Obviamente el tema es recurrente y acapara todas las conversaciones entre los españoles destinados en Kiel, pero las informaciones que llegan de la UCA han calmado los ánimos.
En el país más fuerte
Ambos lo tuvieron claro cuando se decidieron por Kiel para solicitar este programa y desde el primer momento que han pisado Alemania han comprobado por qué es el país que manda en Europa. “Me ha impactado ver la cantidad de ofertas de trabajo que hay, en todos los bares, tiendas, panaderías, etc. hay carteles demandando trabajadores. también me sorprendió que todo el mundo esté tan concienciado y lleve tan a rajatabla el tema del reciclaje y que aunque haga frío o llueva la gente siempre va en bicicleta o en autobús a todos lados”, relata Laura.
“Este estilo de vida me causó la impresión de un país serio, ordenado y que por encima de todo vela por sus intereses, añade Daniel- que aporta un detalle curioso al tema del reciclaje. “En todos los supermercados te suman en la factura de la compra veinticinco céntimos de euro por cada botella, solo por el recipiente, y más tarde te lo devuelven si las depositas en un punto adaptado y totalmente automatizado dentro del edificio”.
Sea como fuera, además de la doble titulación (La española y la alemana) que pueden obtener en este destino, los dos tienen claro que han de aprovechar esta oportunidad para “aprender y perfeccionar”. Viendo cómo está la situación es España, es posible que tenga que buscar mi futuro laboral fuera”, reconoce esta joven. Ojalá tengan suerte.
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