Volvo V40, paradigma de seguridad

Con el acento puesto en el diseño y, sobre todo, en la seguridad, el V40 se pone a la cabeza del segmento de los compactos de gama alta, salvo que se tenga en cuenta el valor de la marca, porque en este punto el de Volvo dista, aunque cada vez menos, de Audi, BMW o Mercedes Benz.

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  • Uno de sus argumentos más poderosos es el diseño. -

Volvo es un fabricante asociado a la seguridad y no sólo por el intenso trabajo de marketing realizado por la marca sueca en esta dirección, porque lo es con la invención y posterior incorporación a sus modelos de serie de medidas que luego los demás fabricantes generalizan en sus procesos de desarrollo de vehículos.
Con esta trayectoria, Volvo llega al lanzamiento de su último modelo, el V40, sustituto de los actuales S40 y V50, convirtiéndolo al margen de diseño y concepto arquitectónico, en el paradigma de la seguridad, con la incorporación de serie de todo un catálogo de ayudas electrónicas a la conducción y una novedad mundial, la del estreno del primer airbag para peatones.
En cualquiera de sus versiones está presente este sistema que en el caso nunca deseable de un atropello dispara un sistema pirotécnico que infla una bolsa de aire que emerge de la parte superior del capo para cubrir las partes más duras que rodean el parabrisas.
Este sistema trata de restar gravedad a las lesiones en caso de atropello, pero puede que no haga falta, porque el V40 también incorpora un nuevo sistema de detección de peatones con frenado automático total.
Volvo asegura que el V40 es el vehículo más inteligente y seguro de su historia, completado con una larga lista de ayudas a la conducción, como el control de velocidad constante adaptativo y el control de distancia, el sistema de advertencia de cambio de carril táctil, un dispositivo de asistencia de aparcamiento, el reconocimiento de señales de tráfico, las luces largas activas y un sistema de radar para tráfico cruzado en la parte trasera que alerta de los coches que se aproximan por uno y otro lado del coche en las maniobras de marcha atrás.
Además de paradigma de seguridad, el V40 es un arma repleta de argumentos para enfrentarse a los modelos de gama alta del segmento compacto.
Un argumento poderoso es el diseño, con el que la marca ha sido capaz de hibridar un concepto tradicional como el de las berlinas de tres cuerpos y cuatro puertas, el familiar de formato station wagon y el turismo compacto de cinco puertas.
El diseño es una extensión del que caracteriza a los XC60 y V60, pero con algunos de sus rasgos aún más acentuados, especialmente los que definen el frontal y dan forma a los hombros y al plano trasero.
Los trazos en el capó, la forma de las ópticas delanteras y su ubicación en los extremos, potencian la anchura del coche y marcan el inicio de la línea de carácter que traza una silueta que va de menos a más altura, dando un corte coupé a la figura.
En la trasera es característica la línea de caída del plano más elevado, hasta la línea de cintura, para caer a partir de ahí en vertical. En esa línea de intersección de los dos planos traseros está muy pronunciada la curvatura de los hombros, acentuada por el trazo de las luces posteriores, más pronunciadas que las de la gama 60.
El interior lleva la inconfundible firma de Volvo. Los asientos, para empezar, pueden ser catalogados como los mejores del segmento. La ergonomía es muy similar a la de todos los modelos de la marca. Son una firma inconfundible en Volvo y su gran virtud es la de tratar la posición como ninguno, especialmente la de la espalda.
En la parte motriz, la versión probada corresponde a la básica de la gama y a la más razonable, dado el rendimiento mostrado durante una larga prueba de más de 2.000 kilómetros.
Se trata de la equipada con el motor diesel 1.6 de 115 caballos de potencia, uno de los propulsores desarrollados conjuntamente por Ford y el grupo PSA cuando Volvo pertenecía al primero.
Con este motor, Volvo logra un rendimiento oficial de 3,6 litros de consumo ponderado y 94 gramos de CO2 por kilómetro, una excelente marca que en el mundo real, con una conducción variada, urbana y en carretera, sube a algo más de 5 litros. Al bajo consumo contribuye, sin duda, el sistema de parada y arranque Start and Stop. El motor 1.6 proporciona prestaciones suficientes para la conducción habitual, sin merma de la agilidad necesaria para rodar a ritmos elevados.
Con el acento puesto en el diseño y, sobre todo, en la seguridad, el V40 se pone a la cabeza del segmento de los compactos de gama alta, salvo que se tenga en cuenta el valor de la marca, porque en este punto el de Volvo dista, aunque cada vez menos, de Audi, BMW o Mercedes Benz.

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