La seleccionadora nacional de natación sincronizada, Anna Tarrés, ha expresado su perplejidad por la decisión del presidente de la Real Federación Española de Natación (RFEN), Fernando Carpena, de no renovar su contrato, que expira el próximo 31 de diciembre, y afirmó que su "pecado ha sido pedir más recursos".
"Estoy perpleja, sorprendida, sin palabras", apuntó Anna Tarrés en declaraciones a 'Radio Marca' que recoge Europa Press, después de que anoche recibiera la llamada de Fernando Carpena en la que le comunicaba que no le iban a renovar.
"Me comentó que habían trazado una ruta de trabajo y no entraba en sus planes. Me tomé mi tiempo de reflexión, llamé a mi marido y mientras, el presidente estaba llamando a Andrea Fuentes para decirle que no iba a seguir", manifestó.
Acerca de los motivos por los que cree que no le van a renovar, Tarrés señaló que ha trabajado mucho en todo el tiempo que lleva al frente del equipo de natación sincronizada. "Mi pecado ha sido pedir más recursos. Llevo 15 años en la Federación y no ha pasado nada. Este señor lleva cuatro años allí, el día a día es muy duro e intentando sobrevivir en un deporte minoritario creando equipo", indicó.
No será renovada
El presidente de la Federación Española de Natación (RFEN), Fernando Carpena, ha comunicado a la seleccionadora nacional de natación sincronizada, Anna Tarrés, que no será renovada en su cargo una vez que termine su contrato el próximo 31 de diciembre.
Según ha podido saber Europa Press, el presidente de la RFEN ha comunicado la noticia a Tarrés en una conversación telefónica. La Federación comunicó así a la catalana que no cuenta con ella para el futuro, por lo que no será renovada en su cargo.
La natación sincronizada ha sido uno de los deportes más prolíferos en los Juegos Olímpicos para España. Tras 15 años en el cargo, Tarrés logró en los pasados Juegos de Londres sumar como entrenadora dos medallas -una plata en dúo y un bronce en equipos-. La 'sincro' brilló por primera vez en una cita olímpica hace cuatro años en Pekín, donde fue subcampeona tanto en dúo como en equipo, lo que permitió a Gemma Mengual lograr la ansiada presea.
El camino hasta convertirse en la segunda potencia mundial había sido duro y plagado de sacrificio, pero en Londres quedaba algo más duro, mantenerse y afrontar el relevo. Mengual lo dejó tras los Mundiales de Roma de 2009 para ser madre y otras de las piezas claves del despertar de la sincronizada como Paola Tirados, Irina Rodríguez o Raquel Corral también se despidieron.
Sin embargo, la seleccionadora Anna Tarrés, metódica rigurosa y siempre en busca de la innovación, afrontó la transición sin prisa, pero sin pausa. Le dio la jefatura a la ya consagrada Andrea Fuentes, compañera de Mengual en Pekín, y junto a ella apostó por Ona Carbonell, que no estuvo en la capital china.
A pesar de las cuatro medallas olímpicas e innumerables títulos continentales y mundiales, la Federación Española de Natación ha decidido prescindir de la seleccionadora Tarrés con lo que comenzará una nueva etapa en la natación sincronizada española.
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