El empresario marbellí Fernando Moreno, secuestrado y hallado muerto el jueves, no falleció por causas naturales, según los forenses que realizaron la autopsia.
El empresario marbellí Fernando Moreno, secuestrado el pasado miércoles y encontrado muerto ayer con las manos atadas a una cañería y con la boca tapada con cinta adhesiva en el interior de una caseta ubicada entre las localidades de Marbella e Istán, no falleció por causas naturales, según los forenses que realizaron la autopsia.
Fuentes cercanas al caso explicaron a Efe que en la autopsia han participado dos forenses que dirigían la necropsia y al menos otros dos más que han ayudado a recoger numerosas muestras que puedan ayudar a la investigación y a la determinación del caso.
La autopsia se inició a las nueve de la mañana y finalizó sobre las cuatro de la tarde, y fue calificada por las fuentes como "muy laboriosa".
Todas las fotografías y muestras efectuadas en el estudio se enviarán al instructor del caso -que ha sido declarado como secreto, por lo que no han trascendido más datos- para que, junto con las investigaciones policiales, se puedan recabar todos los vestigios necesarios para la investigación.
El subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, confirmó ayer a los medios que el empresario fue secuestrado, aunque ha indicado que "no se sabe nada de la nacionalidad del secuestrador", por lo que prefiere "ser prudente" para no "facilitar información a los secuestradores".
La familia denunció la desaparición del empresario a las 12.00 horas del pasado miércoles, después de que un hombre con acento suramericano -según fuentes de la investigación- les llamara y les exigiera dos millones de euros por su liberación.
En conversaciones posteriores, esa cantidad fue rebajada hasta los 600.000 euros, y el último contacto entre la familia y los secuestradores se produjo a las 15.00 horas de ese mismo día, cuando los captores volvieron a llamar y, ya sin hablar de dinero, indicaron el lugar aproximado en el que se encontraba el empresario.
Moreno tenía las manos atadas a una cañería de la caseta, la boca tapada con cinta adhesiva, un pasamontañas y el cuello también atado a otra cañería.
Los investigadores creen que el suceso obedece a un "secuestro exprés" y barajan la hipótesis de que el empresario fuera abandonado en la caseta todavía con vida, tras haber negociado con él y con su familia el pago del rescate.
Fernando Moreno Espada, dueño de la empresa Materiales de Construcción Fernando Moreno SL y Hormigones San Pedro SA, residía en el núcleo marbellí de San Pedro de Alcántara.