La primera fase de la "Operación Arcarius" que investiga una estafa en una sucursal bancaria de la estación Linares-Baeza (Jaén) se ha saldado con un total de 19 detenidos, entre ellos el director, y seis millones de euros desviados, según un comunicado de la Policía Nacional.
La operación, que se ha desarrollado en Cuenca y en las localidades jiennenses de Linares, Guarromán y La Carolina, se puso en marcha al ingresar en prisión el primer detenido y máximo responsable de la sucursal bancaria estafada,
Todo comenzó en septiembre de 2011, después de detectarse "ciertas irregularidades" en la citada sucursal bancaria y tras la detención de M.L.G, como presunto responsable de apropiación indebida, falsedad documental y estafa.
Esta detención fue, según la Policía, la "punta del iceberg" que llevaría a la detención de 18 personas más y al descubrimiento de una compleja trama de delincuencia económica, financiera y mercantil.
Ningún cliente había detectado anomalía alguna en el estado de sus cuentas, ya que la principal herramienta que utilizaba el director para elegir a sus víctimas era la confianza ciega que éstas tenían depositada en él.
El hecho de que solo existiera una única oficina de una entidad bancaria en la zona, de unos pocos miles de habitantes, generó la excesiva confianza en las múltiples operaciones bancarias que él realizaba a su antojo y durante diez años.
Los investigadores han llegado a la conclusión, las actuaciones de M.L.G. iban presuntamente dirigidas a mantener una "banca paralela", realizando inversiones con el dinero de los clientes, en empresas, viviendas y otros proyectos de inversión, con la posible finalidad de quedarse con los beneficios, facilitando préstamos personales con la intención de apropiarse de los intereses generados por los mismos.
Asimismo, se ha destapado un entramado financiero y mercantil que les ha llevado a la detención de directores generales y ejecutivos de grandes empresas nacionales, que se habían aprovechado de los más de seis millones de euros que M.L.G. había desviado de los cerca de 300 clientes de la sucursal.
El "modus operandi" principal era el ocultar y blanquear el dinero desviado mediante la constitución de empresas, adquiriendo y vendiendo propiedades, realizando inversiones inmobiliarias, manipulando activos financieros, falsificando y engordando facturas para su posterior traspaso a mercantiles, con el objetivo de obtener un beneficio mayor que el que realmente correspondería.