Orgullosos de La Roja

Publicado: 04/07/2012
A quien en el 2007 se le anticipara esta crónica, jugando el papel de profeta deportivo, nos hubiera tomado por locos y nos hubiera dicho que la pasión por los colores había nublado nuestra razón. Incluso, casi siempre estaban los analistas negativos que, echando mano de hemerotecas, nos hubieran d
En España, el color rojo se ha convertido en el más popular, y el eslogan más repetido es ¡todos con la Roja! Este sentimiento colectivo lleva con nosotros los cuatro últimos años y desde las más altas instancias del Estado hasta el último de nuestros paisanos perdido en el pueblo más recóndito de nuestra geografía, hemos vibrado y vivido como un solo cuerpo colectivo los triunfos de la selección española de fútbol.

Y como a lo  bueno nos acostumbramos con facilidad, nos parece que ésto siempre ha sido así, pero sólo es una realidad desde el 2008, en  que nos proclamamos campeones de Europa ante Alemania y en el 2010 que logramos la Copa del Mundo ante Holanda. Y el pasado domingo, primer día de este caluroso mes de julio, hicimos historia consiguiendo de nuevo la Eurocopa, y haciendo bueno “el no hay dos sin tres”, al vencer de forma contundente y brillante a Italia.

A  quien en el 2007 se le anticipara esta crónica, jugando el papel de profeta deportivo, nos hubiera tomado por locos y nos hubiera dicho que la pasión por los colores había nublado nuestra razón. Incluso, casi siempre estaban los analistas negativos que, echando mano de hemerotecas, nos hubieran demostrado la imposibilidad de nuestros pronósticos, visto el esfuerzo que nos costaba llegar en la mayoría de las ocasiones a los cuartos de final.

Pero en este artículo, no voy a ser tan pretencioso de hacer un análisis sobre la actuación de la Roja. Ni quiero ni debo, porque muchas plumas a lo largo de los últimos días han contemplado todos los ángulos del juego de nuestra selección con más autoridad y conocimiento que yo.
Permítanme, eso sí,  queridos lectores, algunas reflexiones. Creo que el gran secreto de este grupo humano estriba en ser un equipo, con todo lo que eso conlleva de trabajar todos para todos, y lo que supone de anteponer los intereses y los objetivos del mismo al lucimiento personal.

Han puesto en marcha una nueva forma de jugar al fútbol, que se ha convertido en modelo deportivo, de tal manera que ya los demás aspiran a jugar como España,  y hemos pasado en poco tiempo, como dice ese gran técnico y persona que es Vicente del Bosque, “de pobres a ricos”, de ser sufridores del pelotón a ser el campeón del mundo, de ser uno más a ser un equipo de leyenda.

Esto se ha traducido en la transmisión de una serie de valores como la cooperación, la solidaridad, la generosidad , la sencillez y la humildad, pero sobre todo la naturalidad de ser uno más de nosotros, sin egolatrías ni divismos.

Lo uno y lo otro han provocado una gran identificación de la gente con el equipo, y cada vez que ha habido un triunfo de España, ha habido una apoteosis colectiva que nos ha dado un subidón a nuestra autoestima en momentos tan difíciles y complicados como los que vivimos.

Hemos llegado aquí no por casualidad ni por la buena fortuna, sino por el trabajo bien hecho, y estos mosqueteros han demostrado que lo importante no son las genialidades de las grandes individualidades, sino el trabajo en equipo, en el que todos construyen , atacan y defienden, en el que jugar bien al fútbol es la principal clave para ganar.

Los éxitos de la Roja no resuelven ninguno de los problemas que tenemos como país, pero nadie nos puede quitar que hayamos sido una vez más foco de atención del mundo en positivo, de la mano de un grupo humano entrañable que sabe dar con habilidad e inteligencia patadas a un balón. Gracias, por hacernos tan felices.

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