Miguel Guiilén lo tiene claro. Ni un duro para que los cedidos sigan la temporada que viene. Que los deseos de Santa Cruz y Paulao puedan con la intención de sus respectivos clubes de hacer caja. De momento, esta teoría no ha funcionado en el caso del ecuatoriano Jeff Montero (traspasado por el Villarreal al Morelia mexicano por tres millones de euros).
Sin embargo, estamos ante dos casos distintos. Con el brasileño está todo hecho a falta de que el central acuerde con el St. Etienne su finiquito (120.000 euros es la cantidad que le separa de lograr la carta de libertad). Salvo sorpresa, los galos terminarán entrando en razones y Paulao acabará firmando por los béticos por las tres próximas campañas. El ariete siempre ha comentado que se quiere quedar, pero el Manchester City lo quiere vender a buen precio. Nada de dejarlo marchar con la carta de libertad en el bolsillo. La cosa se complica porque desde Inglaterra aseguran que el QPR pagaría hasta diez millones de euros por un lote de tres futbolistas del Manchester (Santa Cruz entre ellos).
Nadie parece estar dispuesto hacerse con los servicios del futbolista toledano, al que el propio Pepe Mel la ha comentado que se busque equipo. Matilla, que también ve con buenos ojos cambiar de aires, tendrá complicado encontrar acomodo tanto si se marcha en calidad de cedido como si lo hace tras un traspaso. Que hayan preguntado únicamente equipos de Segunda división por su situación, su alta ficha y lo que le costara al cuadro verdiblanco su contratación hace un años implica que o llega una propuesta que satisfaga a todas las partes o Javier Matilla tendrá que comenzar el verano con el cuadro heliopolitano. Recordar que hubo que pagar más de un millón de euros por un futbolista que nunca estuvo a la altura de las circunstancias. El temporadón de Beñat y sus malas prestaciones cuando Mel le dio una camiseta de titular, clave para entender que por Heliópolis no quieran ver ni en pintura a un profesional que no se moverá salvo que llegue una buena oferta de Primera.
Diferente es el caso de Salva Sevilla, que no vería con malos ojos una propuesta de la División de Plata. Como la del Almería. El mediapunta, que ha ido perdiendo protagonismo los últimos tiempos, no quiere seguir viendo los toros desde la barrera. Como le sucedió a lo largo de la segunda vuelta.
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