Sorpresa vecinal en el barrio sevillano de Pío XII ante el caso del falso cura

Publicado: 10/05/2012
Los vecinos de la parroquia de Santa María de las Flores y San Eugenio de Sevilla han expresado su sorpresa por la noticia del cura falso que ejercía en esta iglesia, Angel Orellana, ecuatoriano y que está en paradero desconocido, tras oficiar como sacerdote durante siete años sin serlo
 

Los vecinos de la parroquia de Santa María de las Flores y San Eugenio de Sevilla han expresado su sorpresa por la noticia del cura falso que ejercía en esta iglesia, Angel Orellana, ecuatoriano y que está en paradero desconocido, tras oficiar como sacerdote durante siete años sin serlo.   En declaraciones a Efe, varios vecinos de Pío XII, barriada donde se ubica la iglesia, han coincidido en mostrar su sorpresa por la situación irregular de Orellana, de la que se han enterado por la prensa. Carmen, una vecina del barrio asidua a la parroquia, ha subrayado su asombro por el caso de Orellana, y ha argumentado que durante los años que ejerció como sacerdote "dotaba de contenido" sus prédicas.   Ha precisado que precisamente hace dos años su hijo pequeño había recibido la primera comunión con el "padre" Orellana y ha destacado la relación "excepcional" que el falso sacerdote mantenía con padres y niños del barrio. Otros vecinos han coincidido en afirmar que Orellana era un hombre "cercano" y "querido", al cual muchas personas iban a escuchar.   Orellana administró los sacramentos de la comunión, confirmación y matrimonio gracias a una credencial falsa que presentó a los responsables de la iglesia, aunque nunca había estado en la nómina de curas de la ciudad, ha informado un portavoz del Arzobispado de Sevilla.   Fuentes del Arzobispado han señalado que antes de su desaparición se había abierto una investigación para confirmar si Orellana era sacerdote de verdad o había presentado documentos falsos. Según un comunicado de la Archidiócesis, los sacramentos del bautismo y del matrimonio que administró Orellana son "claramente válidos" aunque ilícitos, mientras que en el caso de los sacramentos de la eucaristía, la penitencia y la unción de enfermos, son "actos inválidos pues son sacramentos que requieren la potestad del Orden".   Tras lamentar el daño o sufrimiento causado por Orellana, la iglesia asegura que el falso cura se presentó hace cinco años ante la Curia Diocesana acreditando su condición de sacerdote con documentación que resultó falsa.

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