La nueva campaña hace que un animador lance el mensaje a los niños para acudir a clase
Así, habrá tres bloques de actuación. En primer lugar aparecerá Lapicín con el animador para implicar al alumno. Ya en una segunda parte se dará paso a una obra de guiñol de unos 25 minutos de duración, y a continuación volverán a escena Lapicín y el animador para comprobar que el mensaje llega a los chavales. Además, el jefe de servicio del área, Juan Prieto, destaca que este año se suma a todas estas iniciativas una encuesta realizada por profesionales que se pasará no sólo a los centros que puedan ser objeto de la campaña, sino a todos los del municipio, para conocer la opinión de los alumnos, extendiéndose a Primaria y al primer ciclo de Secundaria también.
A pesar de que Prieto considera que el porcentaje de alumnos absentistas no es excesivamente alto, 67 de 14.000, no hay justificación para no actuar con el objetivo de erradicar dicha cifra, a pesar de que el trabajo en el caso del absentismo no es fácil. Hortensia Aguilar destaca con todo que este curso 2008-09 son once los casos que se suman a los que llegan de años anteriores. En concreto, hay 32 pertenecientes a Primaria, 34 a Secundaria, y uno de Educación Especial. Si el alumno reincide, se pasa al último peldaño del proceso absentista, es decir, que el área de Educación pase el protocolo enviado por el centro escolar a la Junta de Andalucía, remitiéndolo ésta a la Fiscalía de Menores.
De la localidad hay un total de cinco expedientes de los 67 con los que se trabaja actualmente. El coordinador del programa absentista, Ricardo García, apunta que todos los años se logra apartar de esta conducta a unos cinco o seis alumnos. Por su parte, la Policía Local, que también colabora en el proceso, ha identificado ya a seis menores, uno ya perteneciente al protocolo, y conoce nueve nuevos casos en los que tendrá que actuar.
El proceso de la detección del absentismo escolar comienza cuando el tutor expone la situación, cuando hay cinco faltas continuadas y sin justificar. El centro se pone en contacto con los padres o tutores del menor, y si en un espacio de tiempo prudencial no se reconduce la conducta del alumno, se pasa a la segunda fase del protocolo, es ecir, actúa la mesa de absentismo, en la que se estudian los casos de manera individualizada.
Además, si los casos son problemáticos, es Policía Local la que actúa, yendo al domicilio del menor y pidiendo a los padres que éste acuda a clase. Si hay una actuación adecuada, se envía una carta positiva de agradecimiento, pero si sigue existiendo la conducta absentista, continúa el protocolo. Además, también se debe ver si el alumno está inscrito en algún programa de Bienestar Social como el de Infancia y Familia, donde comienzan a actuar los trabajadores sociales asignados a dicha familia.
El absentismo lo tratan en la ciudad, por un lado, la comisión municipal de absentismo, formada por una amplia representación de profesionales, que se reúne a principios y a final del curso escolar, y por otro, el equipo técnico de absentistas, que se congrega cada dos semanas, y formado por el coordinador local, Ricardo García, la inspectora de Educación, la Policía Local y los docentes.
Además, y gracias al convenio firmado entre el Ayuntamiento y las Consejerías de Igualdad y Bienestar Social y Educación, en la ciudad se llevan a cabo tres proyectos con el mismo fin. Por un lado está el centro educativo abierto, que se desarrolla en el colegio público Cristóbal Colón, donde se realiza refuerzo escolar, ludotecas y deporte; por otro el taller de habilidades sociales, que se ubica en los centros Las Banderas y José Luis Tejada, en primero, segundo y tercero de Secundaria, para darle destrezas sociales y convivencia; y por último, el programa de seguimiento y control social, con Andad.
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