La iniciativa pretende cultivar este tipo de algas para su aplicación a la industria del futuro
El equipo de Gobierno mantuvo un encuentro con los responsables en la zona de Algaenergy e Iberdrola como promotores de un proyecto para el cultivo de microalgas que se valdrá del CO2 emitido por la central térmica de ciclo combinado de la segunda compañía, para la producción de este tipo de plantas dirigida a la elaboración de cosméticos, al sector de los biocarburantes, alimentación animal y a otros campos industriales.
Proyectos de estas características ya se están desarrollando, al parecer con buenos resultados, en lugares como Almería o el aeropuerto de Barajas en Madrid. Esta iniciativa empresarial tiene un carácter de I+D y cuenta también con la participación de la firma Repsol, además de disponer de fondos de la UE.
En primer lugar se pondrá en marcha una fase piloto sobre una superficie de 10.000 metros cuadrados junto a la central térmica de ciclo combinado. Si se supera con éxito un periodo de dos años de investigación en torno a la adaptación de las algas a las condiciones locales, el proyecto pasaría a desarrollarse en diez hectáreas más de terreno.
Para el alcalde de la ciudad, José Luis Núñez, de superarse con éxito la fase experimental, “estaríamos hablando de un proyecto importante para Arcos de la Frontera, generador de empleo y riqueza para este municipio”. Además, se refirió a su prácticamente nulo impacto ambiental, ya que sólo se capturará el CO2 emitido por la central para acelerar la producción de este tipo de microalgas. En este sentido, estos proyectos se desarrollan en lugares donde no falta el CO2, caso de la central térmica arcense.
La infraestructura que requeriría el proyecto sería mínima y fácil de instalar, con lo cual a mediados del próximo 2013 la planta podría encontrarse en fase de producción, cumpliendo así con los plazos dados desde la Comunidad Europea. No obstante, la obra civil comenzará a lo largo del segundo trimestre de 2012, mientras que la primera fase de obras comprenderá el tercer y el cuarto trimestre de este año. Estos son, al menos, los plazos expuestos por los promotores. El alcalde admitió que, pese al interés del proyecto, su fase experimental no creará empleo en la medida de los deseos municipales, lo cual posterga para, una vez finalizada esa fase experimental, poder desarrollarse a mayor escala.
Según Núñez, los promotores han adquirido el compromiso con el Ayuntamiento de dar participación a empresas locales para el montaje de las infraestructuras y la obra civil, como ya ocurriera con la construcción del ciclo combinado, aunque también admitió que la parte de ingeniería tendrá que contratarse fuera debido a la falta de oferta en la ciudad. Núñez dejó claro que no ha pedido sino “exigido” a las compañías implicadas que la mano de obra sea local.
Por parte del Ayuntamiento, su responsabilidad sobre el proyecto se centra en la concesión de los primeros permisos, aunque también deberá ser la Consejería de Obras Públicas de la Junta la que conceda sus parabienes llegado el momento. Núñez se mostró ilusionado en que el experimento llegue a buen puerto para que se pueda ampliar el proyecto y cree el número de puestos de trabajo deseado, lo cual supondría una inversión de más de tres millones de euros.
Al encontrarse en fase experimental, el número concreto de puestos que crearía la planta se desconoce, lo cual quedaría merced, según el propio alcalde, del tipo de algas que se pueda cultivar y de las condiciones climáticas que se den. Asimismo, reconoció que el proyecto llega con cierto retraso debido a la tramitación de permisos muy concretos. En unos días se podría emitir las primeras licencias municipales.