El subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, se mostró crítico con la actitud de la Unión de Hermandades, a cuyo presidente ya había advertido de que no era “bueno” que se reuniera “con estos señores” para abordar la cuestión.
“El presidente de la Unión de Hermandades entendía que se tenía que reunir y lo ha hecho, dentro de su autonomía y responsabilidad. No compartimos este tipo de acuerdos, porque no nos parece que la Unión de Hermandades sea la entidad que deba velar porque los espacios públicos sean utilizados por todos los ciudadanos”, añadió De Torre.
El subdelegado no aclaró si en los próximos días se producirá el desalojo de los bajos del edificio Los Arcos, pasando en cualquier caso la patata caliente al Ayuntamiento. “La actuación de la Policía estará en función de la actuación de estos señores. Si hay que actuar, se actuará, a requerimiento del Ayuntamiento. De momento no se ha producido ese requerimiento, por lo que no contemplamos ninguna actuación”, zanjó.
Con independencia de todo ello, el subdelegado del Gobierno sostuvo que, “en principio”, estas personas “no deben estar ahí”, defendiendo que “deben buscar otro medio para reivindicar” que no lleve consigo la ocupación de la vía pública. La alcaldesa, María José García-Pelayo, no se mostró demasiado partidaria de “requerir” ese desalojo. “Estamos por la vía del diálogo antes que cualquier otro camino”, aseveró.
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