En la flor de la vida
Fiel al estilo que marcaron el pasado año con ‘Los Dulces’, la agrupación hace que el público se tenga que implicar con los cinco sentidos. Fragancia floral inunda el Gran Teatro cuando se abre el telón para empezar a defender una puesta en escena colorista y alegre con la que el autor autohomenajea sus 18 años de vida carnavalera. Fuerza en la presentación, preámbulo del plato fuerte de esta comparsa: sus pasodobles. En el primero, bello homenaje a todos los artistas onubenses que han empezado su carrera en las tablas carnavaleras del Gran Teatro con alguna agrupación; en el segundo, verso al servicio de la Virgen de la Victoria, que será coronada en mayo, y que la colocan como uno de los símbolos del sentir onubense. En los cuplés, unieron perfectamente el dinero de Urdangarín, que no se sabe dónde está con el dinero suyo del premio 2011, que tampoco aparece. El popurrí se hizo monótono.
El batallón de la colada
Grupo debutante cargado de buenas intenciones. Pantalones militares colgados tras el lavado pertinente que supieron adaptar el repertorio al tipo en la composición de sus letras. Compás chirigotero más que aceptable, y ciertas opciones para poder pelear por un hueco en semifinales.
Los molto potenti
Italianos chirigoteros montados en el euro que volvieron a dar un recital de poca vergüenza carnavalera. Gran mérito en la interpretación al defender todo el repertorio en un italiano muy carnavalero. Ironía hasta el extremo, recados a más de uno, y de dos, y popurrí tan bien defendido como bien acabado.
El silencio
Buen compás y afinación en un grupo que quiso poner voz a las cosas que se callan. Tipo arriesgado, pero bien defendido, con su punto álgido en su interpretación de los pasobles. Los cuplés se salvan por el estribillo, y en el popurrí se endurece la crítica, a veces, de manera reiterada.
La isla de los anónimos
Grupo ya experimentado en las tablas del Gran Teatro que completaron una buena actuación. Pasodobles críticos contras un sistema que naugraga, cuplés bien defendidos con estribillo más que aceptable, y popurrí rítmico acabado con energía. Aspirante a pasar el corte.
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