El trabajo ‘Suplementación yódica en gestantes: influencia en el desarrollo neuropsicológico de la prole’, concluye que el yodo ingerido por la madre durante el desarrollo fetal potencia el desarrollo mental del bebé tras el nacimiento, aunque no han encontrado evidencias de que influya, sin embargo, en el desarrollo psicomotor al menos desde los 16 meses de edad.
En esta investigación han participado un total de 70 bebés de más de nueve meses, nacidos de madres que previamente habían recibido diferentes dosis de yodo durante la gestación. Así, se ha dividido la muestra en seis grupos de edad, en la que los especialistas han encontrado una relación positiva entre la yoduría materna y las escalas mentales y resultados de test de Bayley en todos los grupos excepto en los de más de 16 meses, debido al pequeño tamaño muestral en este grupo de edad.
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