El Museo de Las Cortes abre las puertas del Bicentenario

Los trabajos sobre la maqueta de la ciudad han durado 12 años. Suprimidas las humedades y eliminadas las barreras arquitectónicas del edificio

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  • Maqueta y autoridades. -
El Museo de Las Cortes de Cádiz, en la calle Santa Inés, volvió ayer a abrir sus puertas una vez culminadas las obras de rehabilitación del edificio y de restauración de la maqueta de la ciudad que refleja el estado del intramuros a finales del siglo XVIII.

Ante la ausencia de la alcaldesa, Teófila Martínez, que se encontraba en Madrid asistiendo a la toma de posesión de los nuevos ministros, el primer teniente de alcaldesa, José Blas Fernández, fue el encargado de presidir el acto de inauguración acompañado del director adjunto de la Banca Comercial de Unicaja en Cádiz, Juan Luis Barrendero, como patrocinador de la restauración de la maqueta.

A juicio de Fernández, “prácticamente abrimos las puertas del Bicentenario desde este marco incomparable que recuerda Las Cortes de Cádiz”.

El concejal añadió que “después de estos años que han pasado en la reconstrucción y reparación de este inmueble, se ofrece un museo propio, nuevo, que busca recuperar ese contenido primitivo que desde la segunda mitad del siglo XVIII ha hecho de esta ciudad de Cádiz”.

En la rehabilitación del edificio, según explicó el primer teniente de alcaldesa “se han suprimido humedades y deficiencias que tenía desde 1947, cuando con la explosión de Cádiz sufrió una gran debacle”. La inversión ha sido cercana a los 450.000 euros.

“Ahora se han distribuido mejor los fondos que contiene. Se ha conseguido la supresión de barreras arquitectónicas y la remodelación de los servicios de nuevos almacenes, con un itinerario modificado y mejorado”, añadió.

Entre las novedades está la pasarela acristalada con forma de L, un sistema único de pasarela exclusiva para la maqueta de Cádiz.

José Manuel Ramírez, uno de los restauradores, señaló que “cuando empezamos la restauración de la maqueta en 1999 se nos antojaba como algo desbordante. Los módulos son independientes, más de 333 piezas que se restauran una a una. Un proceso muy largo”.

El trabajo se ha realizado en tres fases. Las dos primeras han consistido en la “restauración completa del caserío, sacando pieza por pieza, restaurándola individualmente y reintegrándola al plano original. La última fase ha sido la intervención en la base con el pan de plata y la restauración del viario, que se ha llevado a cabo durante este año”.

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