Loreto cuenta con 87 bloques de cuatro plantas sin ascensor

La instalación obligaría a usar parte de las viviendas de las plantas bajas

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Las ayudas de la Junta de Andalucía en materia de rehabilitación singular de edificios residenciales y de mejora de sus dotaciones e instalaciones, en las que se incluye la instalación de ascensores, ha supuesto para muchos ciudadanos el final de un absurdo aislamiento en sus propias casas ante la imposibilidad por cuestiones de movilidad personal o de discapacidad de poder bajar a la calle desde sus viviendas.

En la ciudad de Cádiz, gracias a esta iniciativa, numerosas comunidades vecinales han modernizado sus edificios y han solucionado la grave situación de muchos de sus inquilinos, pero en otras tantas viviendas no se han podido instalar los deseados ascensores, unas veces por cuestiones técnicas y estructurales y otras por falta de acuerdo entre los vecinos.

Uno de los casos más llamativos se da en la zona del Campo de la Aviación y Loreto, donde viven alrededor de 13.500 habitantes en su mayoría familias trabajadoras con recursos económicos muy justos y ahora fuertemente afectadas por la crisis económica, el aumento del desempleo y la falta de trabajo.

Según los datos de los que dispone la Asociación de Vecinos (AVV) Campo de la Aviación-Loreto, en la zona existen 87 comunidades de vecinos en edificios de cuatro plantas que no disponen de ascensor y cuya instalación es bastante complicada, ya que implica utilizar parte del espacio de las viviendas de las plantas bajas a lo que sus propietarios se han venido negando año tras año.

Los representantes vecinales han mantenido varias reuniones con los de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda, departamento del que dependen las subvenciones, para buscar una solución, pero la situación sigue igual aunque, asegura el presidente de la asociación de vecinos, José Aragón, “estamos estudiando todas las posibilidades”.

A juicio de Aragón, “es una cuestión de solidaridad más que de comodidad” y en esta línea subraya que “ya hay una comunidad de vecinos que está dispuesta a llevar a cabo las obras e instalar un ascensor”.

El presidente vecinal destaca que “en nuestra barriada hay personas que llevan hasta cinco años sin bajar, sin pisar la calle, sin poder convivir con sus vecinos, por eso desde la asociación y desde hace tres años, dependiendo de la disponibilidad económica que tengamos, contratamos en momentos puntuales a una empresa que se encarga de bajar a estos vecinos para que participen en las actividades y convivencias que organizamos”.

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