Las inspecciones llevadas a cabo por el área de Disciplina Urbanística trajeron también consigo la publicación de 17 órdenes de ejecución de obras en otras tantas fincas que se encontraban en precario estado de conservación. En el caso de que los propietarios no acometan los proyectos de obras planteados por los técnicos de Urbanismo será la propia delegación la que haga frente a los trabajos de manera subsidiaria.
A lo largo de 2008 se llegó a ese extremo en un par de ocasiones, después de que los propietarios desatendieran las órdenes de Urbanismo. También fueron dos las fincas sobre las que se decretó la venta forzosa, después de que sus titulares consumieran el periodo de doce meses otorgado desde su inclusión en el Registro Municipal de Solares.
En todos los casos, los números son similares a los del ejercicio 2007, a pesar de que entonces aún se encontraba operativa la ya extinta Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU).
La función del registro
El Registro Municipal de Solares es utilizado fundamentalmente como herramienta disuasoria para concienciar a los propietarios de las fincas en mal estado o solares de la necesidad de rehabilitarlas y edificarlos o de sacarlos al mercado a precios “razonables”.
El propio Ayuntamiento define al Registro Municipal de Solares como un instrumento “disuasorio” que no sólo despliega su eficacia sobre las fincas en las que actúa, sino que crea un efecto sobre el resto de propietarios de inmuebles susceptibles de engrosar esa particular lista negra.
Además, Urbanismo defiende el papel del registro como instrumento eficaz “para la solución de problemas de propiedad de las fincas” o para incidir en el mercado inmobiliario, de tal modo que se intenta consensuar con la propiedad un periodo en el que puede intentar la venta directa al precio establecido por ella, admitiendo en caso contrario la valoración municipal, lográndose así poner en mercado fincas a precio razonable.
La aportación del Registro Municipal de Solares ha sido también esencial para la formación del patrimonio municipal en el ámbito del conjunto histórico. Gracias a esta herramienta ha sido posible la adquisición de fincas en el centro de la ciudad con destino a la posterior construcción de equipamientos administrativos, culturales, comerciales, asistenciales o viviendas de promoción pública.
Las fincas que en 2008 pasaron a formar parte del registro se encuentran situadas en las siguientes calles: Nueva, Veleta, Compañía de María, Larga, Porvenir, Empedrada, Campana (2), Duende, Pedro Nolasco y Asta.
Al contrario de lo que suele ser habitual, ninguna finca incluida anteriormente en el registro fue dada de baja, ya que no se consiguió el objetivo de que sus propietarios hicieran frente a las necesarias obras de rehabilitación.
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