campeonato de la regularidad. Todos, logrados bajo una característica común: la de sufrir hasta el final
por hacerse acreedor a los tres puntos en juego. Hagamos memoria.
Comenzaron los pupilos del preparador asturiano derrotando en Nervión al Málaga. Parecía que el estreno
sería placido… hasta que Cazorla logró un tanto que metió el miedo en el cuerpo a una hinchada que no
respiró hasta el pitido final. Algo similar ocurrió ante la Real Sociedad. El tanto logrado por Kanouté
bastó para sumar un triunfo que no se aseguró hasta el final de las hostilidades.
Más de lo mismo ante el Valencia, aunque el hecho de haber acabado el pleito con dos menos sobre el
terreno de juego le dieron un carácter épico a la tercera alegría del curso para los moradores del
estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Tampoco estuvo exenta de fatigas la cuarta, firmada ante el Sporting de
Gijón. Todo parecía atado y bien atado con 2-0 en el marcador, pero el gol astur obligó a Javi Varas a
evitar un empate que los de Manolo Preciado cerca estuvieron de lograr. Y el quinto, el domingo ante el
Real Zaragoza (la segunda sin la participación de Frederic Kanouté). 0-1 gracias al gol desde el punto
de penalti de Álvaro Negredo. Nervios hasta el final, y eso que delante estaba uno de los peores
conjuntos de la Liga BBVA.
“Después de cinco partidos sin conocer la victoria, la verdad es que estos tres puntos sientan muy bien.
Hicimos una muy buena primera parte, pero luego el Zaragoza también necesitaba los tres puntos y
apretaron, nos encerraron atrás”, comentaba el medio blanco nada más retornar de tierras hispalenses la
expedición sevillista.
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