Guerra y Peces-Barba destacan el papel del derecho a la educación en la Constitución de 1812

Durante sus intervenciones en el ciclo 'Diálogos sobre la libertad'.

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El catedrático emérito de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid, Gregorio Peces-Barba, y el presidente de la Fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, han señalado que la Constitución de 1812 "ha dado paso al constitucionalismo moderno" y que se trata de un texto que "en España nos ha guiado mucho", llamando la atención sobre la inclusión en el mismo de un derecho "tan moderno" como es el derecho a la educación.

Durante su intervención en el ciclo 'Diálogos sobre la libertad' que organiza el Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812 y la Asociación de la Prensa de Cádiz, han significado que entre las competencias de las Cortes hace 200 años estuviese el "establecer un plan de enseñanza pública para la monarquía".

Peces-Barba ha aprovechado la ocasión para lamentar que en la época actual haya algunas comunidades autónomas, "como Madrid y Valencia", que "no han sido leales" en las transferencias en este sentido, acusándolas de "utilizar la enseñanza pública para favorecer la privada de una manera indecente".

Tanto para Peces-Barba como para Guerra, la Constitución de 1812 tiene "muchas carencias" y está "llena de paradojas y contradicciones", aunque, en palabras del presidente de la Fundación Pablo Iglesias, "lo importante es el paso que da el constitucionalismo español estableciendo que la soberanía reside en el pueblo, que el poder no está en manos del rey y que la orientación de los poderes públicos tiene que ir hacia la educación de los ciudadanos".

Los protagonistas de esta cuarta sesión de 'Diálogos sobre la libertad' han debatido durante más de dos horas en las que también han respondido a cuestiones planteadas por el público asistente, habiéndose abordado asuntos como el movimiento 15-M, los nacionalismos o la reforma de la Constitución de 1978.
SEPARATISMOS

Uno de los aspectos en los que Peces-Barba y Guerra han discrepado tiene que ver con los "afanes separatistas" de algunas autonomías españolas. Así, mientras que el primero afirma que "los separatistas nunca van a conseguir ese sueño de separarse de España y que luego les van a recibir con los brazos abiertos en la Unión Europea", el segundo reconoce tener cierta "intranquilidad" debido a que la "élite política que se ha formado en España a raíz de la estructuración en el Estado de las autonomías" es, en su opinión, una élite "bastante irresponsable".

Considera que "el virus nacionalista" se ha inoculado en lugares donde "no hay ninguna apetencia nacionalista en la gente", y todo porque esa élite política "ha llegado a la conclusión de que no puede reafirmarse por su valía y se reafirma negando al Estado".

Y precisamente la cuestión de las autonomías es una de las que Peces-Barba aboga por reformar en la Constitución actual. Defiende que "se supriman todas las referencias", se describa todas las comunidades autónomas y se especifique que esa lista "es inamovible", eso sí, incluyendo a Ceuta y Melilla.

Sobre los "indignados" que configuran el movimiento 15-M, ha opinado que es "gente con muy buena voluntad" que hace diagnósticos sobre muchos temas que están "muy bien", pero no es tan acertada en las soluciones. Cree que este movimiento "puede ayudar" a cambiar muchas cosas, pero siempre y cuando desechen la idea de "despreciar todo lo demás", lo cual ve "inaceptable".

Por su parte, Guerra cree que "era hora de que se indignaran" y que es un movimiento "tardío", aunque ese "impulso de indignación no les sirve para nada porque no saben encauzarlo", augurando que no llegarán "a ningún lado" si no son capaces de "establecer estructuras y jerarquías de trabajo".

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