El hallazgo cierra la primera fase de la investigación y el Foro por la Memoria exige al Estado que acometa la exhumación integral de la fosa
La investigación impulsada por el Foro por la Memoria Histórica del Campo de Gibraltar sobre la posible fosa común existente en la finca El Marrufo (en Jerez, lindando con Jimena), y olvidada tras la Guerra Civil, ha dado sus primeros frutos.
El equipo de arqueólogos que trabaja en la zona ha localizado ya los cuatro primeros cuerpos, lo que ha dado aliento a un trabajo basado en testimonios orales, y que ahora encuentra sustento científico a las hipótesis.
La investigación comenzó a raíz de la noción histórico de la existencia de una fosa común en la finca, situada en los terrenos del valle de La Sauceda, donde se contempla que puedan existir entre 300 y 600 cuerpos pertenecientes a fusilados por el bando nacional durante la Guerra Civil.
El primer trabajo de los miembros del foro fue el de rescatar decenas de testimonios de familiares de represaliados por el franquismo en la zona, que les contaron la suerte que corrieron miembros de hasta diez familias de Jimena de la Frontera en El Marrufo.
El siguiente paso era la localización de las fosas. Para ello, se llevó a cabo una prospección intensiva superficial visual y, a través de medios electromagnéticos como detectores de metales, se trató de detectar evidencias de cuerpos enterrados, así como las posibles zonas de ejecución y/o enterramiento.
Las prospecciones se llevaron a cabo los días 23 de julio y 20 de agosto. El terreno ocupaba un tamaño de aproximadamente 5 hectáreas que se dividió en diferentes áreas: A, B, C, D, E y F. Las áreas A, C y G arrojaron un resultado positivo en cuanto a evidencias que permitieran suponer la existencia de fosas comunes de la Guerra Civil o zonas de ejecución próximas a esas fosas.
El área A fue en la que se localizó el mayor numero de evidencias, consistentes en vainas de arma corta y arma larga. Algunas conservan íntegramente el marcaje, lo que facilita conocer el tipo de arma que se utilizó (actualmente en estudio) así como la procedencia de la munición empleada y año de fabricación.
También se localizaron proyectiles de arma corta y arma larga mayoritariamente utilizadas para el denominado tiro de gracia. Todas estas evidencias estarían en relación con los testimonios orales que designaban este lugar como lugar de ejecución y enterramiento, cuyas posibles fosas estarían delimitadas por agrupaciones de piedras o “majanos”. En total, 59 evidencias recogidas en este área. En el área C se localizaron 11 evidencias, y en el área G 23.
Restos óseos
A raíz de aquí se inició una segunda fase, consistente en delimitar las fosas y confirmar la existencia de restos óseos en las mismas. Estos trabajos se desarrollaron el 20 de agosto.
En el área A, zona de mayor concentración de evidencia y donde los testimonios orales indicaban que fueron sepultadas un mayor número de personas, se localizaron los cuerpos de dos individuos en conexión anatómica.
Se documentó la cintura escapular, tórax y columna vertebral. Uno de ellos presentaba una posible evidencia de fractura conminuta en húmero de la extremidad superior izquierda. Ambos poseen posibles heridas por impacto de proyectil en cráneos (los datos obtenidos están siendo estudiados por antropólogos físicos y paleopatólogos).
Por su parte, en la fosa 2 se localizaron a otros dos individuos en conexión anatómica. Se documentó las extremidades inferiores. En el área G, los resultados fueron negativos, mientras que en el área C no se planteó ningún sondeo por falta de tiempo.