“Nuestro reto ha sido adaptar un edificio pensado para contener una muestra de carácter efímero a la realidad actual, lo que ha requerido ordenar espacios”, ha explicado el arquitecto, encargado de un proyecto que, según sus primeras previsiones, iba estar inaugurado a principios de 2009.
En total, la Junta, a través de la Empresa Pública de Gestión de Activos (Agesa), ha invertido 11 millones de euros en la remodelación del edificio, que albergará una exposición permanente en la parte superior dedicada a la navegación atlántica, una mediateca y una superficie de 2.800 metros cuadrados destinada a exposiciones temporales, congresos y eventos. “La muestra estará abierta a inicios de diciembre, y será un espacio que añadirá valor a la oferta cultural de Sevilla”, comentó Aguayo.
Las principal actuación, según Consuegra, ha consistido en eliminar cuanto de construyó para la Expo porque “así recuperamos el espacio original del edificio, como si fuera uno nuevo, aunque la estructura básica sí que se mantiene”. Otra novedad es la creación de un nuevo acceso principal, con una rampa que da al Guadalquivir y conecta con la Torre Schindler, así como con los tres restaurantes con los que contará el espacio.
No obstante, de momento y tras más de dos años de retraso, el pabellón se encuentra vacío, a la espera de que se realicen los últimos retoques de la reforma. Un rediseño que permitirá mantener vivo un pabellón histórico para la ciudad, pero que ha acabado con parte del legado arquitectónico que nos dejó en 1992.
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