El secretario general de esta organización, Manuel Pérez Becerra, se mostró ayer partidario de relanzar la idea de crear una nueva fábrica controlada por los agricultores en Andalucía para molturar y refinar azúcar como alternativa a British Sugar, una iniciativa que ya se barajó en los años 80 para instalarla en Utrera (Sevilla) y que ahora supondría un coste aproximado de 72 millones de euros.
En opinión de Pérez Becerra, la construcción de esta azucarera sería “la única salida” para que el agricultor pudiera responder al “monopolio” de British Sugar, obteniendo así la rentabilidad necesaria para su cultivo. Esta iniciativa sería viable, en su opinión, con ayudas de los gobiernos central y autonómico y de los fondos de desarrollo rural de la Unión Europea (UE).
La propuesta de la Federación de Grupos Remolacheros de Andalucía responde a la “pésima y decepcionante” campaña que acaba de cerrarse debido a la baja rentabilidad del cultivo, en contraposición con el alto precio mundial del azúcar. De hecho, la organización se ha sumado a las denuncias realizadas en estas últimas semanas por Asaja, COAG y el Grupo Remolachero de Cádiz, que han advertido de un abandono masivo del cultivo durante el próximo ejercicio si British Sugar no mejora el precio que paga por raíz.
Pérez Becerra no entiende “justo” que la Unión Europea haya culminado una reestructuración que ha provocado la pérdida del 50 por ciento del cultivo y que España tenga que importar 800.000 toneladas al año para abastecer el consumo, que cifra en 1.350.000 toneladas.
En esta misma línea, la Federación andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca) ha alertado de que, si los agricultores no obtienen más ingresos por la remolacha, no se mantendrá más allá del 20 ó el 30 por ciento de la superficie cultivada en las zonas productoras.
Por su parte, el responsable sectorial de UPA-Andalucía, Juan Sánchez, ha resaltado que no se han cumplido las expectativas iniciales de llegar a las 700.000 toneladas de remolacha. Para Sánchez, la campaña ha sido “malísima”, con rendimientos “desastrosos” y bajos precios para el agricultor, “que gana menos que hace 40 años”, ya que el remolachero recibe unos 40 euros por tonelada de remolacha tipo, 26 aportados por la industria y el resto procedentes de ayudas públicas.
Sánchez ha criticado que esto ocurra mientras los precios mundiales se han disparado un 28 por ciento en dos años, hay insuficiente materia prima y el consumidor paga un 42 por ciento más por el azúcar que antes de la reestructuración a la que obligó la última reforma comunitaria.
Desde UPA-Andalucía han instado a British Sugar a “poner encima de la mesa” unos 10 euros más por tonelada para la próxima campaña si quiere seguir contando con remolacheros que cultiven en la zona sur, porque “pueden encontrar colonias en África o Caribe para esclavizar, pero en Andalucía no lograrán lo mismo”.
La desazón que existe en el sector puede animar a los remolacheros a embarcarse definitivamente en el proyecto de construcción de una azucarera propia, algo que podría tener consecuencias negativas para la fábrica de Jerez, que trabaja hasta ahora en régimen de monopolio.
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