Loa análisis de la Consejería de Salud arrojan datos positivos en Huelva
Las aguas de baño de las playas andaluzas mantienen unas adecuadas condiciones sanitarias, según el último informe que ha elaborado la Consejería de Salud sobre el estado del litoral correspondiente a la primera quincena de agosto. Este estudio se basa en los análisis realizados por la Secretaría General de Salud Pública y Participación en las playas censadas.
La Consejería de Salud ha vigilado un total de 341 puntos de muestreo en 253 playas de 61 municipios. Las muestras de agua han sido analizadas para determinar los diferentes parámetros exigidos por la normativa vigente, como los microbiológicos, transparencia, color, aceites minerales, presencia de espumas persistentes y sólidos flotantes.
Por provincias, el agua de baño de las 75 playas de Almería, las 53 de Cádiz y las 29 de Granada se encuentra dentro de los niveles de calidad establecidos. Las 15 playas de Huelva también son aptas al igual que las zonas de baño de la provincia de Málaga. Los niveles del agua de las 81 playas de esta provincia presentan la calidad establecida en lo que al análisis microbiológico se refiere y, por lo tanto, son aptas para el disfrute. Si bien, en la inspección macroscópica se han encontrado abundancia de algas en Playa Calahonda (Mijas) y Venus-Bajadilla (Marbella). Además, en Benalmádena, en la playa de Bil Bil-Arroyo de la Miel se ha detectado presencia abundante de espuma.
Por otra parte, las aguas situadas en el interior de Andalucía (ríos, embalses o manantiales) son todas aptas para el baño en la actualidad. En el embalse de Cubillas, en Albolote (Granada), existe imposibilidad de acceso y en el de Viñuela (Málaga), no se han podido tomar muestras debido al elevado nivel de las aguas, lo que ha provocado la desaparición de la zona de baño.
Salud recuerda que los ayuntamientos son los encargados de mantener las condiciones de limpieza y salubridad de las zonas de baño, de colocar carteles informativos con las características, infraestructuras y medidas de seguridad, de vigilar los posibles puntos de vertido cercano para evitar riesgos y adoptar las medidas de gestión que le requieran las administraciones sanitarias y ambiental.